Amaia U. LASAGABASTER
LA REAL, EN LA FINAL DE COPA

Cuatro décadas de finales, cinco lustros sin campeón

Cinco equipos vascos han llegado a la final antes que la Real pero sólo Añorga y Oiartzun han conseguido alzar el trofeo.

Desde la primera edición de la Copa, disputada en 1983 –y denominada por aquel entonces Campeonato de España, hasta que en 1988 se creó la primera Liga a nivel estatal–, cinco equipos vascos han alcanzado la final en alguna ocasión, aunque sólo dos han podido levantar el trofeo. Del último intento han pasado ya cinco años; del ultimo triunfo, 26.

Lo conquistó el Añorga, el mejor equipo vasco en la historia del campeonato y gran dominador del fútbol estatal de mediados de los ochenta a mediados de los noventa junto al Oiartzun. A ambos, de hecho, se les puede atribuir el honor de haber disputado la primera final con label vasco. Aunque oficialmente les corresponde a las añorgatarras –o más concretamente a Amasorrain Ikastola–, que fueron las que se enfrentaron al Karbo, aunque tuvieron que echar mano de sus rivales y amigas para completar el equipo. Fue en 1984 y aunque la Copa voló a Galicia, el hito es indiscutible: porque era el año de su debut y por las 7.000 personas que animaron a las guipuzcoanas en el partido de ida, disputado en Atotxa, el primer estadio de Primera que abrió sus puertas al fútbol femenino en Euskal Herria.

Fue el inicio de una época. Desde 1986 hasta 1991 siempre estuvo uno de los dos equipos en la final de Copa –o los dos, como en el 87, cuando el Oiartzun se llevó el primero de sus dos títulos–, a las que el Añorga añadió otras dos. Con un balance espectacular: dos títulos y un subcampeonato se celebraron en Oiartzun, mientras el Añorga conquistaba tres trofeos y tres subcampeonatos. El último lo levantó en 1993 ante otro de los grandes equipos de aquella época, el Oroquieta Villaverde, ya desaparecido.

De ahí en adelante, otros tres equipos vascos, cuatro ya incluyendo la Real, han alcanzado la final pero ninguno ha vuelto a ganarla, aunque haya habido un par de «larguerazos». Lagunak tomó el relevo sólo tres años después del último subcampeonato del Añorga y repitió en otras dos ocasiones. En la última fue cuando más cerca estuvo de levantar el trofeo: cayó en la tanda de penaltis ante el Espanyol. En esa misma época Eibartarrak también lo logró. Cayó ante Oroquieta Villaverde, aunque se desquitó en la Supercopa, de la que precisamente se cumplen veinte años.

Con el cambio de década llegó el turno del Athletic, que siempre ha mantenido una relación tormentosa con el torneo. Junto a Irex Puebla es el único campeón Liguero que nunca ha ganado la Copa, en la que ha caído a las primeras de cambio en ocho ocasiones. En su palmarés lucen dos subcampeonatos, a cada cual más doloroso: ante el Espanyol cayó en la prórroga y tras haber sufrido dos expulsiones; frente al Barcelona en la tanda de penaltis, por la mínima y después de que Leire Landa se rompiera la rodilla.

El testigo lo coge ahora la Real que, en su primer intento, tratará de poner fin a cinco lustros de espera.

«El fútbol femenino ha dado un salto enorme»

Jugadora –con una final de Copa con la camiseta del Añorga en su curriculum–, entrenadora, seleccionadora y, desde hace algunos años, vocal y responsable de fútbol femenino en las Federaciones Vasca y Guipuzcoana, Maite Redondo espera celebrar en Granada la sexta Copa del fútbol vasco.

«¿Por qué no? Todos somos conscientes de que el Atlético es favorito. Tiene muchísima calidad, va a tope...; bueno, no hay más que ver las temporadas que está haciendo o el referente más cercano que lo tenemos este pasado domingo en Zubieta. Pero –recuerda– es un partido, noventa minutos, o 120. Y a partido único pueden pasar muchas cosas. Aunque siempre partiendo de que hay que hacerlo todo muy bien».

Al margen del resultado, el camino que ha llevado a la Real a Granada ya es un éxito, en su opinión. «No es que haya que darse por satisfechas, porque hay que intentar ganar. Pero sí ser conscientes de que estar allí ya es un logro. Lo es siempre, sólo hay dos equipos que llegan cada año. Y además esta temporada, con el cambio de formato, creo que tiene más mérito. Claro que los cruces te pueden favorecer más o menos pero con los 16 de Primera compitiendo, habiendo jugado fuera, viendo los resultados que ha habido... Es un gran logro». Un éxito deportivo al que hay que añadirle el «social, que creo que es evidente».

En ambos ámbitos se avanza con velocidad, algo de lo que Redondo ha sido testigo directo las cuatro últimas décadas. «El fútbol femenino ha dado un salto enorme. Aquí, a nivel deportivo, siempre ha habido muy buenos clubes, que luchaban mucho y que de hecho conseguían muchas cosas. La reestructuración de las categorías y la creación de las escuelas, añadido a que cada vez más clubes e instituciones han ido implicándose han sido fundamentales en el desarrollo», que en los últimos tiempos ha sido aún más rápido a nivel de «repercusión. Porque hace treinta años cuando se ganaba algo aquí ya tenías tu huequito en el periódico o tus minutitos en televisión pero poco más. Ahora vemos sponsors, entrevistas, campos que se llenan, retransmisiones en directo...». No hay más que ver la «expectación que ha generado esta final. Ojalá sea el principio de algo todavía mayor».