23 MAY. 2019 DE REOJO Demostrado Raimundo Fitero Hay que tener muy buen sentido del humor, un pensamiento relativista y una tendencia a no dar nada por sabido al declarar «no está demostrado que vaya a morir». La frase es de Eduard Punset y, desgraciadamente, se ha demostrado que ha muerto, un cáncer, esa plaga, lo tenía desde hace muchos meses muy deteriorado y por fin ha pasado a la historia, su obituario se está convirtiendo en una cascada de hipérboles y una fuente para refrescar la memoria televisiva donde se puede añorar unos tiempos en los que los programas se hacían con recursos de toda índole, no ha base de guiones ligeros y mucho uso de las biblias apócrifas de la ciencia en internet. Probablemente su programa “Redes” ha sido la inspiración para decenas de entregas de este rincón del ciudadano estupefacto, casi siempre en forma de loas al planteamiento propuesto sobre asuntos fundacionales de la misma existencia, pero tratados desde otras miradas, cuando los investigadores, los que están más allá de lo que nuestra ignorancia puede asimilar, se convierten en apóstoles de una religión científica, la de los hechos, la experimentación, los errores y los aciertos, pero contados de manera didáctica, ante una cámara, acompañados por un entrevistador que más que ser un experto era un curioso informado. Punset un día anunció un pan industrial y perdió para los que somos puristas mucha credibilidad. Son secretos del sumario personal. Hoy, después de mucho tiempo sin tener su presencia en pantalla, comprendemos mejor que han cambiado los tiempos, que abrió una rendija en el muro de la prisión donde se mantiene a la ciencia como algo ajeno a nuestro quehacer diario, cuando lo cierto es que cada vez más somos dependientes o consumidores rutinarios de avances que hace una década parecían ciencia ficción.