La confirmación este pasado lunes de que Osasuna es equipo de Primera para la próxima temporada obligará al staff técnico a trabajar duro en las próximas semanas para conformar un bloque que pueda luchar por la permanencia. Desde la parte noble de Tajonar se es consciente de que va a ser necesario reforzar varias posiciones, bien por la marcha de algunos jugadores, bien porque la máxima categoría va a suponer un salto importante en lo que se refiere a la exigencia deportiva.

Los responsables de la entidad rojilla no hablan de número de incorporaciones e incluso se remiten a esperar a conocer la cuantía económica de que dispondrán para lanzarse en pos de los fichajes. Sin embargo, este mensaje de puertas afuera no casa con que Osasuna ahora dispone de un tiempo extra respecto a otros rivales que no conocen dónde estarán la próxima campaña, de ahí que la lógica haga suponer que esos contactos ya se estén realizando para aprovecharse de dicha ventaja.

Lo más probable es que el club realice entre siete y nueve incorporaciones, dependiendo de lo que suceda con algunos futbolistas que han estado a préstamo y han sido piezas importantes en el ascenso, y de que haya o no traspasos, amén de alguna que otra salida sorpresiva, que también podría darse.

Mientras que la portería parece bien cubierta con Rubén Martínez y Sergio Herrera, en la línea defensiva sí que habrá unas cuantas caras nuevas. La ya conocida marcha de Clerc al Levante obliga a fichar un lateral izquierdo con garantías de ser titular, compatible con la confianza que tiene el cuerpo técnico en la progresión de Endika Irigoien, que acaba contrato, pero al que se quiere renovar. El canterano ha jugado poco en Segunda, pero sus minutos han sido bastante buenos.

También dos centrales

Los refuerzos en la zaga no terminan ahí. A nadie se le escapa que Osasuna va a tener que hacerse con dos centrales, a ser posible uno de ellos con cierta experiencia en Primera. La dupla de los «García» –el club trabaja en la ampliación de contrato de David– ha rendido con solvencia en la categoría de plata y ahora cuentan con tres años más de experiencia, pero la grave lesión de Unai obliga a fortalecer una posición que resultará clave el próximo ejercicio.

Haber subido a Primera obliga, del mismo modo, a abonar otro medio millón de euros al Cádiz, condición que se encuentra en el contrato de compra de Aridane. Saber si el defensa majorero seguirá en nómina rojilla o saldrá cedido es otra de las cuestiones que deberán resolver los responsables técnicos, a la vista de lo poco que ha jugado este ejercicio y de que el siguiente contará todavía con mayor competencia.

También el centro del campo sufrirá variaciones. La sala de máquinas rojilla necesitará de savia nueva, pues se entiende como necesario un futbolista más en el puesto de pivote, con mayor razón todavía por los problemas a la hora de recuperarse de Iñigo Pérez. La notable irrupción de Luis Perea deja la duda en el aire de si continuará progresando en Primera o se optará por buscarle una salida provisional a otro equipo en el que disponga de más minutos. Olavide acaba contrato y no se le ha ofrecido renovación.

Rubén García, el deseado

Rubén García es, sin lugar a dudas, la prioridad del staff técnico. El gran rendimiento ofrecido por el talentoso futbolista valenciano y su perfecta aclimatación le hacen ser el gran deseado, pero la operación se antoja harto difícil, pues todo apunta a que el Levante –el equipo donde se crió– lo recuperará.

Así las cosas, Osasuna se quedaría solo con el reconvertido Roberto Torres y Kike Barja para cubrir las bandas, por lo que deberían llegar otros dos futbolistas. El mismo número tendrían que incorporarse de delanteros, ya que se quedan Brandon –abonados dos millones al Rennes– y Juan Villar, mientras que Xisco no continuará en Iruñea.

Rober Ibáñez no jugará en lo que resta de curso

Rober Ibáñez ya no jugará en lo que resta de temporada –tres jornadas– y ni siquiera entrenará. La razón estriba en los problemas de pubis que ha venido arrastrando durante los últimos partidos, pese a los cuales ha seguido jugando para colaborar en el objetivo del ascenso.

Cumplida esta meta, el jugador valenciano guardará reposo por consejo médico para evitar que sus dolencias se agraven y tendrá que decidir si pasa por el quirófano para solucionarlas o se le aplica un tratamiento más conservador.

En principio, y una vez finalizado su periodo de cesión, Rober Ibáñez regresará al Getafe, ya que el club no tiene previsto activar la cláusula de 3,6 millones que cuesta quedárselo en propiedad. El futbolista es del gusto de los técnicos, pero solo sería fichado por una rebaja considerable de ese precio.N.M.