Acentuando «lo vasco»
El escenario de la política vasca se haría más dantesco de escenificarse la próxima performance política propuesta por el PP «vasco»: la incorporación de un discurso vasquista en la exigua, y en proceso de caída, derecha política formal española. Y solo lo podría hacer de dos formas.
Una, llamando a la puerta de su rival para solicitarle asilo, tal y como lo han venido haciendo a lo largo de la historia política vasca otros partidos cuyas marcas electorales dejaron de funcionar. Lo cual, aun siendo del todo improbable, a lo mejor sería posible gracias a la mediación de los jesuitas y demás poderes fácticos empresariales y financieros. Si, tras propiciar la expulsión del PNV de la Internacional Demócrata Cristiana hace ya más de tres lustros, el PP se comprometiera, a cambio de formar parte de la derecha vasquista, a conseguir la ansiada reincorporación de los jeltzales en la misma, Alonso podría convertirse en el Chahín vasco-español.
Otra vía sería refundar iniciativas fracasadas desde un foralismo antiautonomista que ya intentaron impulsar en décadas anteriores. La experiencia con UPN en Nafarroa les da alas para poder imaginar la posibilidad de apañar una nueva marca de derecha provincialista para sumar votos. Por supuesto con un acento vasco no de oposición a lo español, ni como antaño a los vecinos vizcaínos o guipuzcoanos, sino a los monstruos de EH Bildu y de Podemos. Y, cómo no, con un vasquismo antimigrantes, con el famoso eslogan «primero los de aquí» y luego los de fuera del Reino de España.
Ambas serían una huida hacia delante, de dudosa eficacia publicitaria en el mercado electoral y, sobre todo, la negación de una evidencia: el País Vasco, que no Euskal Herria en su conjunto, hoy tiene un espacio clientelar al que ya no pueden acceder porque lo ocupa un PNV en expansión, que se ha ido asentando durante 40 años de hegemonía política y es la derecha vasquista acomodada en la madre patria española. Al parecer aún no se han enterado de que en vasco se acentúa al revés que en español.