EL 31 de mayo el prefecto de Alta Saboya, Francia, Pierre Lambert, firmaba la orden por la que se prohíbe el acceso al Mont Blanc por la vía normal francesa del refugio de Goûter a aquellos que no tengan reserva previa en los refugios del itinerario. Se limita pues el acceso a los más de 25.000 aspirantes anuales a la cumbre. ¿La novedad?, las fuertes sanciones. El acampar en lugares no permitidos (prácticamente ninguno en la parte alta de la montaña) puede suponer ¡dos años de cárcel y 300.000 euros de multa! y para que esto no caiga en saco roto allí estará, in situ, la llamada brigada blanca de la gendarmería. La montaña blanca muere de éxito y los accidentes y rescates se multiplican en un macizo cada vez más peligroso en verano por el cambio climático: avalanchas de roca y hielo, recesión de glaciares, fusión del permafrost… Ya el 27 de mayo hubo una evacuación masiva en helicóptero de 26 personas que descendían de la montaña por la ruta de Grands Mulets. Debido al calor inusual del momento, una gran avalancha procedente de la cara norte de la Aiguille du Midi cortó el acceso dejando aislados a los montañeros. Por cierto, según estaba escribiendo esto, leo que el Primer Ministro de Nepal de visita por Chamonix, junto a su cortejo y autoridades locales, queda aislado en lo alto de la Aguja del Brevent, a 2500m, debido al fuerte temporal que ha inmovilizado los teleféricos. Una hora más tarde, parece que han conseguido por fin bajarles; poca cosa.