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AZKEN PUNTUA

Mi contradicción


Después del debate de investidura en el Congreso español, la decepción, las críticas y las acusaciones en busca de culpables han marcado la tónica de los comentarios y discusiones en las redes sociales, en torno a la falta de acuerdo para formar gobierno entre UP y el PSOE. En Euskal Herria, en cambio, ha sido la abstención del grupo de EH Bildu y de ERC el argumento protagonista de una polémica que también ha encendido las redes. Unos a favor y otros en contra, todos los argumentos se abrían a ese tipo de contradicciones, personales o políticas, que decidas lo que decidas, transmiten un sabor de coherencia herida y siempre dejan insatisfacción. Si enumeramos todos los desatinos del PSOE en EH (Altsasu, la situación de los presos, el juicio del próximo setiembre a 47 miembros de Herrira, el GAL, las torturas...) y recordamos su endeble socialismo de salón, facilitar la presidencia a Pedro Sánchez para frenar a la ultraderecha sería una de ellas.

Por otra parte, el haber crecido y vivido bajo la dictadura franquista me ha convertido en una resistente, enemiga activa del fascismo, que conoce bien el sonido estridente de su voz. El lunes, en el debate, al escuchar los mensajes de Casado, Rivera y Abascal, tuve la certeza de que el monstruo fascista ha empezado a caminar. No quiero que me vuelva a pasar por encima. Esa es la razón de mi contradicción.