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AZKEN PUNTUA

Los daños morales


Las sesiones parlamentarias que han decidido la inhabilitación del Sr. Sánchez para dirigir el gobierno español me inclinan a una especial consideración moral. No trato de analizar en un puñado de líneas el resultado político de los debates, de ello me ocupo en otro espacio de GARA; unicamente trato de suscitar algunas reflexiones morales.

Los parlamentarios españoles han de analizar su comportamiento de modo más grave. Ambas sesiones constituyeron, con algunas excepciones personales, un espectáculo lamentable. En primer término el juicio acerca de la gobernación no debiera haberse reducido a una chanza ramplona de carácter personal. En segundo término se multiplicaron frívolamente las maniobras desafortunadas. El gobierno demostró su fracaso en las intervenciones de su presidente. Y quienes ejercieron la oposición, en arrolladora mayoría, demostraron su vaciedad de ideas y un deseo de venganza primario. Pocos oradores merecieron representar dignamente a un pueblo, aunque ese pueblo demuestre cotidianamente su escaso nivel.

Ahora se está intentando desmontar la leyenda negra española; pero ni es leyenda ni negra, sino crónica de una realidad. Cada intento de madurez realizado en España ha sido destruido radicalmente. Pensaba eso mientras seguía las mencionadas sesiones parlamentarias. A mí no me duele España; me entristece.