Amparo Lasheras
Periodista
AZKEN PUNTUA

El G7 y sus cosas

Del 24 al 26 de agosto, los mandatarios más importantes del mundo se reunirán en Biarritz para hablar de sus cosas. Y digo de sus cosas porque lo que allí discutan o decidan nada tendrá que ver con lo que ocurre en el mundo real. Sus «cosas» vienen a ser los intereses de su dueño y señor, es decir el gran capital, o sea los bancos y las multinacionales que, día a día, acumulan más y más poder, político, económico y militar. En la cumbre del G7 decidirán cómo mantienen el control del sistema y cómo refuerzan su autoridad para que las tragedias humanas, sociales y migratorias, causadas por la iniquidad de las estructuras neoliberales con que gobiernan, no estallen en su cara; no quieren que, dominada la izquierda, a estas alturas, aparezcan alternativas de lucha y organización capaces de cambiar el paradigma ideológico de un capitalismo, que, al menos en Europa, después de tragarse a la socialdemocracia, avanza hacia un populismo fascista en el que derechos y libertades se consideran ideas peligrosas para la «democracia».

En Biarritz, ellos y ellas, líderes políticos del momento, desde su burbuja de alta seguridad, hablarán de dominio geoestratégico de la economía, de gasto militar... Se harán una fotografía de traje y sonrisa y se irán. Detrás quedarán las acciones de protesta y, en ellas, aquellas alternativas que sí pueden cambiar el mundo.