Jakes PARROU
A VISTA DE CATALEJO

Illunbe no está ni para pipican . ASTE NAGUSIA

Los taurinos son gente muy peculiar, está a la vista. Cuando en Catalunya les prohíben las corridas o en Lizarra reconvierten el coso en espacio de micción canina se pican como si les hubiera metido la vara un gordinflón a caballo. Pero de ahí a la militancia activa, les cuesta más: entonces se meten en el burladero.

Viene esto a cuento de que ya hace cuatro años que el Ayuntamiento decidió reabrir Illunbe para que sonaran los «olés» en fiestas, y la actividad va como los morlacos en las corridas, languideciendo poco a poco. Aquella gloriosa tarde hasta vino el Borbón padre a bendecir la faena, presentada como toda una estocada a Izagirre y su cuadrilla. El año siguiente aterrizaron los nietísimos reales, mitos ibéricos como el campeón del mundo Vicente del Bosque o la infalible Esperanza Aguirre... Ese 2016 los Chopera tiraron la casa por la ventana para traerse al líder del escalafón, José Tomás, y sí que vendieron todos los abonos. Pero lo de llenar la plaza alguna tarde está bastante más jodido. Y eso que este año no han programado más que cuatro...

Ya ni suena aquella bola de los 120 millones de repercusión económica en la ciudad que generaban las corridas, hay que ser troleros. Pero a los nostálgicos del Txofre les cuesta asumir que los tiempos han cambiado. Cómo estará decayendo la profesión que a Román, uno de los matadores contratados, le gusta algo tan poco machote como el surf; ¡si es que no me extraña que Padilla se metiera pirata! Y cómo estará decayendo la afición que la noticia de este año es que en la primera corrida la grada pidió el indulto de un toro, ¡ni que fuera Barrionuevo!

El Ayuntamiento verá hasta cuándo estira la broma, pero yo que Goia iría pensando algún otro uso para el dichoso platillo volante de Miramon. Porque una vez que se chaparon las discotecas y cines, y ahora que el GBC se ha vuelto a bajar al goxo-goxo del Gasca, me da que ni siquiera te va a servir hacer un Koldo Leoz y convertirlo en pipican. Allá no suben ni los txutxos.