18 AGO. 2019 Pelota El palmarés de Zarautz estrenará campeones Ninguno de los finalistas ha ganado en el Aritzbatalde e Irribarria busca también su primer torneo estival. Jon ORMAZABAL Derribado el fortín de Asegarce, antigua nomenclatura de Asegarce que se había impuesto en las seis últimas ediciones –en 2013 no se disputó el torneo–, el Zarautz Hiria conocerá esta tarde qué dos nombres se inscriben por primera vez en su palmarés. Si Aimar Olaizola es el indiscutible número uno del exigente Aritzbatalde con diez triunfos, ni Irribarria-Rezusta ni Altuna III-Martija han conseguido nunca imponerse el torneo guipuzcoano, por lo que en ambas parejas habrá ganas de saldarse esta cuenta estival. En el caso del delantero de Arama la cuenta pendiente puede ser aún mayor, pues nunca ha conseguido imponerse en ninguna feria veraniega, lo que podría ser una anécdota frente a las dos txapelas del Manomanista y otra del Parejas, pero que es uno de los retos que se ha puesto una vez recuperado el honor de vestir de colorado. En ese sentido, intentará hacer bueno el refrán ese que dice que la tercera va a la vencida, ya que será su tercera final consecutiva en el Aritzbatalde. El año pasado también formó pareja con Beñat Rezusta y cayeron con estrépito (22-7) ante Artola y Albisu, mientras que el ataundarra se volvió a cruzar en su camino un año antes, en aquel caso acompañado por Olaizola II, 22-12 ante el goierritarra y Zabaleta. En ese sentido, el primer paso lo dio el jueves en Azkoitia, deshaciéndose del zaguero de Baiko, pero ahora deben culminar la tarea ante una pareja siempre respondona como la formada por Altuna III-Martija. Otras dos finales Tampoco Jokin Altuna ha tenido demasiada fortuna en el torneo zarauztarra, en el que también ha disputado dos finales- La primera fue en 2015, con Zubieta como zaguero y poca resistencia pudieron ofrecer ante a Olaizola II-Beroiz, que se hicieron con el triunfo por un más que significativo 22-18. Un año después, con Zabaleta como zaguero, estuvieron mucho más cerca del triunfo, pero otra vez Aimar, en este caso junto a Untoria, venció por 22-18. No es el exigente recinto zarauztarra, una cancha en la que aquel que llega con una pequeña duda queda retratado, una garantía de buenas finales, pues si tenemos en cuenta las últimas 17 ediciones, todas las disputadas desde el año 2000, ni en la mitad de ellas, exactamente en 8, el subcampeón ha superado la docena de tantos y en ningún caso aquel que ha perdido la final ha llegado a las dos docenas, –en seis finales el perdedor ni siquiera ha hecho 10–. La final de esta tarde se presenta entre dos parejas bastante antagónicas en su juego, con la potencia de Irribarria-Rezusta, campeones del Parejas de 2017, ante el buen hacer de Altuna-Martija, que cuentan con el handicap de haber jugado un partido durísimo en el mismo Zarautz, con 24 horas menos para la recuperación. La teoría dice que, si Rezusta es capaz de mantener el buen nivel del jueves en Azkoitia, la pareja guipuzcoana debe llevar el mando del peloteo y el que da primero, da dos veces en el Aritzbatalde. Pero en verano la lógica no siempre funciona. La defensa nunca falla a Urriza Urriza se impuso en el primer partido de la liguilla de semifinales 30-18 ante Ansa II. La victoria del campeón fue cómoda y la defensa del título se basó una vez más en su gran defensa. Cuando el rival pega fuerte el se pone serio y sólido y así es muy difícil hacerle daño. En todo el partido solo tuvo un fallo, una falta de saque, y eso desespera a los rivales que ven difícil hacerle daño. El partido comenzó con un Urriza sacador, haciendo cinco tantos de saque, y se marchó en el marcador 11-2. Pero Ansa no se vino abajo y peleó cada tanto para ir reduciendo reducir diferencias. Pegó fuerte a la pelota y demostró que en el peloteo es un gran manomanista. Así, se puso 11-6 y 19-15 en el marcador, a sólo cuatro tantos. Ahí sacó a relucir su experiencia Urriza y, manteniendo la serenidad, cogió el saque y buscó la debilidad del rival, su defensa para conseguir los primeros cuatro puntos son solvencia.GARA COMPLICADO No resulta sencillo que las finales en el Aritzbatalde resulten equilibradas, el perdedor nunca ha alcanzado los 20 tantos, mientras que desde el año 2000, el subcampeón solo ha superado la docena de tantos en 8 ocasiones.