27 AGO. 2019 CUMBRE DEL G7 EN BIARRITZ Trump evita los escándalos en un arrebato poco usual de «sensatez» Ayer terminó en Biarritz una cumbre del G7 caracterizada por la ausencia de escándalos, en la que los dosieres de la crisis con Irán, la guerra comercial con China y los incendios en la Amazonia han copado la atención. Al margen del escueto comunicado final, se ha tomado alguna decisión concreta y se han abierto algunas ventanas a la esperanza. GARA BIARRITZ La cumbre del G7, ese «club informal» en palabras del presidente francés Emmanuel Macron, ha transformado Biarritz, además de en un búnker cerrado y militarizado, en un espacio para que los líderes estadounidense, japonés, italiano, alemán, canadiense, francés y británico pasen un fin de semana de privilegiados. Han podido bromear, pasear, cenar, disfrutar en un ambiente que los anfitriones se han esmerado en aparentar que fuera de unidad y concordia. Este tipo de reuniones informales no están destinadas, en teoría, a tomar grandes decisiones. Se limitan a publicar declaraciones finales que poca gente lee, a ganar tiempo, a aclarar malentendidos y, a veces, a tomar unas pocas decisiones más o menos sensatas. Existen también cumbres, sin ir más lejos la celebrada el año pasado en Quebec, que han terminado como el rosario de la aurora, en medio del escándalo, con un Trump desautorizando en público al anfitrión y a los invitados. Pero en la cumbre del G7 que ayer finalizó en Biarritz, al menos de cara al público, el escándalo no se ha hecho presente y se han tomado algunas decisiones que, al menos en teoría, han dejado un poso de sensatez y han abierto una ventana a la esperanza. Por muy limitada que sea, se ha aprobado una ayuda de urgencia para hacer frente a los incendios de la Amazonia, ha trascendido un rayo de esperanza para desescalar el conflicto con Irán –con el punto álgido de la visita «sorpresa» de su ministro de Exteriores a Biarritz– y se apuntó la posibilidad de un próximo encuentro entre Hassan Rohani y Donald Trump. Se ha oído un tono menos guerrero en torno al comercio mundial. No es mucho, los «avances» no son importantes, pero seguramente tampoco se podía haber pedido más a la cumbre de ese «club informal». China y el impuesto GAFA La llamada guerra comercial entre EEUU y China, que ha vuelto a hacer presente la amenaza de una nueva recesión global, ha sido, junto con el dossier iraní, el tema estrella de la cumbre. En la conferencia de prensa final que compartió con Macron, Trump adelantó su convencimiento de que «los chinos quieren llegar a un acuerdo, tienen impaciencia por conseguirlo puesto que los impuestos arancelarios les están causando muchas dificultades». Informó de haber recibido una llamada en ese sentido del vicepresidente chino y, tras calificar al presidente Xi Jinping de ser un «líder brillante», no sin antes repetir su acusación contra el gigante asiático de ser un «manipulador de divisas», reiteró la posibilidad de un próximo acuerdo con los chinos. Por su parte, Emmanuel Macron reiteró su voluntad –también recogida en la declaración final de la cumbre– de cambiar en profundidad la Organización Mundial del Comercio (OMC). «Nuestros problemas con la economía china giran en torno al respeto de la propiedad intelectual, al tratamiento de las sobrecapacidades que desequilibran los mercados y sobre los mecanismos para solucionar las situaciones desleales», manifestó el mandatario francés mientras calificaba de «insuficientes» e «inefectivas» las diferentes reglamentaciones de la OMC. Otra de las «patatas calientes» que han estado encima de la mesa del G7 ha sido la de la intención francesa de establecer un impuesto númerico a los GAFA –uno de los acrónimos de moda, utilizado habitualmente para hacer referencia a las cuatro grandes compañías tecnológicas: Google, Amazon, Facebook y Apple–. Ante la intención francesa de hacer pagar a esas compañías gigantes que tantos desequilibrios mundiales generan, Donald Trump avisó de que haría lo mismo con una de las joyas de comercio internacional galo: el vino. Trump y Macron se han declarado en Biarritz una especie de tregua, dejando la búsqueda de un acuerdo en este tema para el año 2020 en el marco de la OCDE. Los franceses se apresuraron a remarcar que no van a por ninguna compañía en concreto, que es un problema mundial y que el día en que haya una fiscalidad internacional suprimirá esta tasa internacional y lo que se haya pagado será deducido de la tasa internacional. EEUU-Irán, Francia mediadora Macron, hiperactivo durante tres días en Biarritz, se ha afanado en capitalizar la cumbre del G7. Uno de los puntos fuertes fue, sin duda, la visita del ministro de Exteriores –recientemente sancionado y condenado a ser un paria diplomático por la administración Trump– a la villa labortana. El dossier de la crisis con Irán ha copado gran parte de las discusiones y el presidente de EEUU, en su intervención final, dejó abierta la puerta a un próximo encuentro directo con el presidente iraní «si se dan las circunstancias». Tras declarar que no busca «un cambio de régimen» en Irán y denunciar el acuerdo nuclear con Irán que firmó en 2015 su predecesor Obama por «darle millones de dólares sin obtener ninguna contrapartida», manifestó que no quiere la guerra con Teherán pero que hará lo necesario para que «nunca tenga el arma nuclear». Macron confirmó lo que ya era sabido por todos. Que Francia está jugando el papel de mediador entre Washington y Teherán y que trabaja para que «en un plazo de unas semanas» un encuentro directo entre los presidentes de Irán y EEUU pueda hacerse realidad. Una eventualidad ante la que Rohani ya se habría mostrado abierto, que Trump no descarta y cuya preparación parece que está bastante adelantada. Macron dio pistas sobre el esquema que trabajan: un nuevo acuerdo nuclear, más prolongado en el tiempo y con más controles, para lo cual, en aras a convencer a los iraníes, habría que darles compensaciones económicas masivas que se pagarían con la venta de su petróleo. ...pero deja hacer a Modi en Cachemira El presidente estadounidense, Donald Trump, aseguró tras un encuentro bilateral con el primer ministro indio que no ve necesidad alguna en implicar a EEUU en la crisis de Cachemira porque Narendra Modi «da la impresión de tener todo bajo control» El primer ministro indio había descartado momentos antes la oferta de mediación con Pakistán formulada por Trump, «Podemos discutir y resolver todas las cuestiones de forma bilateral, no queremos dar quebraderos de cabeza a ningún país tercero», La situación en la Cachemira ocupada es cada vez más tensa tras la revocación de la autonomía el 5 de agosto. El domingo, una multitud en cólera linchó hasta la muerte al conductor de un camión que identificó erróneamente como militar..GARA Rohani (Irán) se defiende de críticas internas El presidente iraní, Hassan Rohani, defendió la opción del diálogo para resolver la crisis en torno al programa nuclear iraní en respuesta a las críticas del ala esencialista tras la visita sorpresa del ministro de Exteriores, Mohamad Javad Zarif, a la cumbre del G7 en Biarritz. «Yo creo que debemos utilizar todos los mecanismos para (servir a) los intereses nacionales», señaló en un discurso retransmitido en directo por la televisión estatal. «Si yo se que voy a una reunión que puede conducir a la prosperidad de mi país y a arreglar los problemas de la gente, no lo dudo». El diario esencialista “Kayhan” tildó la doble visita de Zarif en pocos días al Estado francés de mensaje de «debilidad y desesperación». «Esto se vende en una óptica imaginaria como una apertura pero no dará más resultado que más presión e insolencia de EEUU», augura.GARA Ayuda de urgencia contra el fuego que devasta la Amazonia El G7 decidió desbloquear una ayuda de urgencia para hacer frente a los gigantescos incendios que están devastando la Amazonia, el pulmón de planeta. Así lo anunciaron ayer el presidente francés, Emmanuel Macron, y el chileno, Sebastián Piñera, que presidirá la próxima conferencia sobre el clima. La ayuda valorada en 20 millones de dólares tomará la forma de una flota aérea internacional de aviones cisterna, de bombarderos de agua especializados en la lucha contra los incendios, además de la movilización de brigadas de bomberos. Una iniciativa que responde formalmente a una petición de ayuda lanzada por el Gobierno de Colombia pero que, para poder desplegarse, necesitará del acuerdo de Brasil. Además, se informó también de que a medio plazo se destinarán otras fondos para un plan de reforestación. Con un Macron particularmente implicado y en sintonía con la opinión pública mundial, la Amazonia se ha convertido en uno de los temas estrella de la cumbre del G7. Tras haberse dirigido al mundo con un «todos somos amazonenses» como estandarte y haber exigido una «movilización de todas las potencias», este acuerdo concreto puede ser presentado por el presidente francés como un primer gran paso. La dramática situación que vive la selva amazónica ha copado mucha atención en Biarritz, en parte por el choque a distancia, pero frontal, que han tenido el presidente brasileño y defensor de una política de explotación y deforestación, Jair Bolsonaro, con el anfitrión Macron. Tras el «activismo climático» de Macron, Bolsonaro no dudó en ver «la mentalidad colonialista de Francia» y anunció que Amazonia es un tema de «orden nacional» al asegurar que «el fuego más devastador es el de nuestra soberanía sobre ella».GARA