Itziar Ziga
Escritora y feminista
JOPUNTUA

No hay porno malo

Pocas pasiones son tan tempestuosas como las que mantenemos desde hace décadas el porno y el feminismo. Hasta algunas de mis hermanas incluso intentaron prohibirlo, mientras otras lo hacíamos nuestro para reflejar la maravilla del placer que albergamos entre las piernas las humanas. Y la maravilla de interaccionar gustosa y libremente en una humanidad que se deshaga de la crueldad y del patriarcado. Nosotras siempre lo tuvimos claro: educación sexual. Mónica Naranjo se embarca en darse y darnos instrucción, la sexualidad sigue siendo un terreno prodigioso de aprendizaje y autodefensa. Y hay tantas actrices porno que se pasaron al otro lado, al de la producción de conocimientos. Desde Annie Sprinkle hasta la famosísima Belladonna, pasando por Candida Royalle.

Vale que gracias a internet, la chavalería tiene hoy el acceso al porno más fácil que nunca. Pero mis amigas y yo siempre dimos con las revistas guarras que se malescondían en casa y ninguna generación está tan en peligro. A mi me hablaron mucho de sexo en casa y lo agradeceré eternamente. La solución no es prohibirles el porno, ¡es hablarles de sexo!

Estas sempiternas diatribas entorno a la inconveniencia intrínseca del porno, me hacen evocar siempre a Concha. Una noche en Zaragoza, esta brava y platina monitora de autodefensa para mujeres, me contó su fabulosa historia con el porno. Tras irrumpir una tarde en los 80 con otras compañeras feministas, en protesta y a lo loco, en una sala X de esas que ya no quedan, se preguntó después: por qué considero que el porno es malo si nunca lo he visto. Así que Concha entró en un vídeo club para alquilarse una de esas cintas VHS que atestaban las trastiendas. Y, como me dijo, desde entonces le encanta el porno, pero el porno hetero repetitivo con actrices uñilargas que miran sobreactuadas a cámara y celebran la pericia sexual todopoderosa de un macho que hoy nos parecería casi de risa. Las pelis del gusto de la época, consideradas justamente como el ejemplo de porno machista. Ese es el porno que le sigue poniendo a Concha, y es lesbiana.