08 NOV. 2019 A los leones Navarros en la Corte, y la gran lección Aritz INTXUSTA Algunos dirán que el principal papel que está jugando Nafarroa en estas elecciones es a través de políticos que han sabido colocarse en los puestos de confianza de Sánchez, Casado e Iglesias. No conviene olvidar, sin embargo, que Nafarroa demostró también que sobran todos. No soy yo de los que comulgan con eso de que Nafarroa es cuestión de Estado. Y menos ahora. Manda pocos diputados y, precisamente por eso, Ferraz prefería pactos con la derecha antes de que un acercamiento a la izquierda abertzale en Nafarroa le restase puntos en otros territorios. Hoy, rota esa tónica y con el PSN gobernando con el consentimiento tácito de EH Bildu, Nafarroa apenas ha sido un dardo que se ha colado en discursos y debates. Pero un dardo con la punta desafilada, que no parecía doler mucho a Sánchez. A fin de cuentas, la gran cuestión de Estado está en Catalunya. Dicho esto, en pocas ocasiones ha habido navarros tan bien posicionados en los principales partidos. Santos Cerdán es uno de los hombres de confianza del presidente en funciones, mano derecha de Ábalos. El partido le confió el látigo para acallar a los barones y lo cierto es que los lleva más derechos que una vela. Además de Santos, está Ione Belarra como número tres de la formación morada y Ana Beltrán se ha convertido en la vicepresidenta de Organización del PP. Eso sí, Beltrán no va en las listas por Nafarroa, donde el PP no se come un colín. Y tras ir quinta por Madrid en las pasadas elecciones, ahora se ha cedido el puesto a Ana Pastor. Desde que Casado se ha dejado barba, el líder del PP lleva un discurso más moderado. Y Beltrán, que está como un cencerro, de moderada no tiene un pelo. La presencia de estos tres políticos no conlleva, sin embargo, que los temas navarros hayan tenido mayor presencia. Los tres están entregados a la política estatal prácticamente por entero. En realidad, la gran aportación navarra a la actual situación radica en la constatación empírica de que todos estos grandes líderes sobran. Frente al desapego natural que genera en la ciudadanía ver el estancamiento político en los debates y la deriva derechista y gris que parece irrefrenable, en Nafarroa, en el año 2015, se logró formar un gobierno en el que no estaban ni PP, ni PSOE ni Ciudadanos y que, si entró Podemos, fue con Iglesias torciendo el morro. Y no se cayó el mundo. No hace tanto que sucedió eso. De hecho, hace tan poco que esto era así que se sigue notando. Entre los candidatos a quien votar en Nafarroa se encuentra Bel Pozueta, que se convirtió en un agente político capaz de sacar a la calle a decenas de miles de personas en movilizaciones históricas. Unas movilizaciones que marcaron una época en la que la política era distinta en Nafarroa. Y, sobre todo, una mujer que convirtió en acción política el hecho de ser madre con una naturalidad y una verdad que conmueven. Una sinceridad, visto está, de la que adolecen los líderes de las formaciones políticas. También tiene su papeleta María Solana, que siendo portavoz del Gobierno acudía a las manifestaciones contra la injusticia de Altsasu. Y doy fe de que no fue por cálculo político. Pese a todo, salvo milagro, solo habrá sitio para una de ellas (si es que no quedan fuera las dos, como ocurrió la vez pasada, cuando estuvo Pozueta a 408 votos de lograrlo). Ojalá el quinto escaño demuestre que Nafarroa fue diferente y que puede volver a serlo.