Sergio Araiz (Aiegi, 1998) es uno de los cuatro sub’23 del Kern Pharma que se ha concentrado desde el jueves hasta hoy en Orkoien en la primera toma de contacto del nuevo equipo continental que ha premiado su apuesta por el ciclismo: «Hasta ahora la prioridad era estudiar ante todo y este año me he tomado la carrera más relajada sin dejarla queriendo aprovechar estos años para intentar pasar a profesionales. He tenido más tiempo para entrenarme y descansar y sí que se nota al dar un punto más de rendimiento. Ha salido bien la apuesta. Algo habré hecho bien y creen que puedo servir para ser ciclista».

Que sea uno de los dos corredores de tercer año que pasa con el ganador de la Copa de España, Roger Adriá, demuestra la confianza de Juanjo Oroz: «Desde junio me dijo que el equipo podía salir y me dio a entender que contaba conmigo. Eso te da una alegría y una confianza para el resto de la temporada. Sabes que tienes esa oportunidad para hacer las cosas bien».

Oroz valora su trabajo sin ser un ganador: «En Lizarte tenemos la filosofía de que para que uno gane todos tenemos que ayudar y, sin ser rápido y hábil en las llegadas, no me ha costado trabajar para los demás y lo he hecho siempre a gusto. En aficionados cuando estás en el puerto y tienes velocidad el resultado lo tienes, sea victoria o podio. Yo tengo resultados más discretos por falta de velocidad, veré qué tal me va en profesionales y si soy más fondista. Tengo la posibilidad de descubrirme qué tipo de corredor soy».

Llegar en solitario para ganar

Solo ganó dos carreras en juveniles y una en Segura en sus tres años sub’23: «Siempre me ha pasado. Tanto en juveniles como este año en la única que he ganado ha sido llegando solo. Cuando llegaba en grupo nunca he conseguido victorias y llegar solo siempre es difícil. El de Segura fue un día bonito con una fuga grande que se iba quedando la gente. Me veía bien, tampoco pensaba que pudiera ganar ese día, vi el momento, ataqué, llegué a meta y se me hizo hasta raro. No me lo creía. En mayo tuve una mala racha con las caídas, no conseguí coger ritmo. Fue terminar los exámenes, ya pude entrenarme bien y la victoria me dio confianza».

Pero da más valor al segundo puesto en el final en alto de Ancares y en la general de Vuelta a León por detrás de Alessandro Fancellu, un debutante que dará el salto con el Kometa continental: «Está bien ganar una prueba del Euskaldun, pero en una Vuelta como la de León hacer segundo en la etapa reina y en la general era algo que a principio de año no me veía capaz y he podido. Y fui séptimo en Palencia, lo que demuestra que tenía regularidad en las vueltas». Su Vuelta a León hizo buena la decisión de no correr el Giro del Valle de Aosta como en 2018.

«El sueño que tienes desde pequeño»

Araiz destaca que el paso al profesionalismo «es el sueño que tienes desde pequeño, poder correr con los ciclistas que llevas años viendo en la tele. Cuando me vea en Mallorca al lado de ellos será algo bonito. Pasamos ocho del Lizarte y vuelven Castrillo y Berrade, que los conocía de años anteriores, y esa relación de bloque nos hará entendernos mejor y dar mejor imagen. En la concentración hemos tenido actividades para relacionarnos entre nosotros fuera de la bici, como scape room o karts, además de charlas de nutrición y planificación de la temporada. Estamos muy ilusionados por empezar la temporada».

Le gusta además que «el equipo empieza como continental con la idea de seguir dando pasos adelante. Tener buenos medios y un buen calendario demuestra que se aspira a ser más grande». En su debut «quiero adaptarme a la categoría con tranquilidad, pero sin relajarme. Es un año de adaptación que será duro. Quiero hacerme al ritmo, que habrá un punto más que hasta ahora, y a los kilómetros que hay en profesionales».J.I.