Agustín Goikoetxea
Periodista
JOPUNTUA

¿Qué es legítimo?

No es difícil toparse cualquier día a cualquier hora con una movilización por las calles de Bilbo. Las hay de carácter laboral, especialmente por las mañanas, siendo las vespertinas mayoritariamente de índole político, social o vecinal. Dependiendo del convocante o motivo de la protesta son más o menos numerosas. La casuística es enorme.

Las manifestaciones molestan, especialmente a los interpelados, aunque también los hay que se dan por aludidos, como sucedió con el actual alcalde de Bilbo, a quien le «incomoda» que las y los pensionistas lleven 97 lunes concentrándose ante la casa consistorial. Juan Mari Aburto llegó a invitarles a que trasladasen su protesta hasta la Subdelegación del Gobierno español, en la plaza Elíptica. No sabemos si ahora que sus socios preferentes ocupan el palacio Chávarri piensa lo mismo. El «mejor alcalde del mundo», el difunto Iñaki Azkuna, llegó a cuestionar que Interior, por entonces dirigido por Javier Balza, permitiese algunas movilizaciones en el Botxo.

Otro jelkide de pro, José Luis Bilbao, se quejó en público de que trabajadores al borde del despido coreasen consignas como «obrero despedido, patrón colgado» durante sus marchas por Gran Vía. Quien fuera diputado general de Bizkaia llegó a bautizar a esa arteria principal de la capital como «manifestódromo». ¿Original?

Cerca de él estuvo años el último destacado militante del PNV que ha puesto el grito en el cielo porque las y los trabajadores del Metal o de las escuelas católicas ejerzan un derecho básico como es el de manifestación. De Koldo Mediavilla ya conocíamos que le molesta la estrategia del principal sindicato del país y desde el sábado, gracias a la tribuna que le brinda su periódico de cabecera, «las consecuencias injustas que nos imponen reivindicaciones político-sindicales».

A ellos –me refiero a los que frecuentan Sabin Etxea– tan garantes de la legalidad parece que les enoja que otros ejerzan derechos fundamentales. Tan legítimo es que este miembro del EBB se queje por las movilizaciones como que continúen hasta lograr los objetivos que persiguen sus convocantes.