Nueva herramienta para «detectar sospechas» de abusos a menores
Lakua ha presentado una nueva herramienta web que, en base a 50 indicadores, permite «detectar sospechas» de abusos sexuales a menores de manera precoz. Este instrumento está dirigido a profesionales que están en contacto con la infancia y la adolescencia en diversos ámbitos como el educativo, el sanitario o en servicios sociales.
Un estudio sobre la violencia hacia niñas, niños y adolescentes en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, realizado por la Fundación EDE para el Departamento de Empleo y Políticas Sociales de Lakua, analiza la complejidad de la violencia hacia menores y considera que lo más importante en su análisis es «una correcta detección» de los casos.
La viceconsejera de Políticas Sociales, Lide Amilibia; Ainara Canto, responsable de investigación de EDE Fundazioa; y Rosa Lizarraga, psicóloga y psicoterapeuta infantil de Agintzari, presentaron ayer el estudio y el instrumento que «permitirá detectar sospechas» de abuso sexual hacia menores.
«No existen indicadores conductuales específicos y únicos de abuso sexual (...) Los indicadores de un tipo de maltrato no son específicos y pueden presentarse en diversas formas de maltrato o pueden estar relacionados con otra problemática», explicó Amilibia.
Lizarraga puso el acento en la necesidad de contar con una herramienta que permita detectar de manera precoz los abusos sexuales a menores, dada la dificultad para hacerlo.
50 indicadores
Explicó que se trata de un test de chequeo, «screening», que sirve de guía para poder calibrar las sospechas que se tengan. Con ese fin se han seleccionado 50 indicadores que reflejan las características que los expertos que trabajan con los menores protegidos por la Diputación de Bizkaia han detectado tras analizar 200 casos.
Está dirigido a profesionales pero cualquier persona puede acceder a la web (screening.agintzari.com). No obstante, si hay sospechas de abusos se recomienda acudir a los servicios de atención a la infancia o al teléfono «Zeuk esan» de ayuda la infancia y adolescencia.
«No deja huella ni de quien utiliza la herramienta, ni tampoco de la niña, niño o adolescente sobre el que se realiza la consulta, ya que no se registran datos de identificación personal», destacó la viceconsejera.
«Queremos ayudar a establecer si eso que estamos viendo es sospechoso de ser abuso», resumió Lizarraga.
Una de cada cinco personas
Según recoge el informe presentado ayer, al final del pasado año había, en acogimiento residencial, cerca de 800 menores en los centros de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. En 2017, cerca de 1.150 menores de 18 años fueron atendidos en los puntos de encuentro familiar, una cifra casi un 8% mayor a la de dos años antes. Se estima que una de cada cinco personas ha sufrido algún tipo de violencia sexual durante su infancia y se calcula que menos del 10% de los casos de violencia contra niños y niñas se notifica durante la infancia o adolescencia, es decir, cuando se produce la violencia.
En torno a uno de cada cinco alumnos y alumnas de entre 4º de Educación Primaria y 4º de ESO afirma haber sufrido a menudo algún tipo de maltrato entre iguales en la escuela, una tasa que ha crecido en los últimos años. Un 13% del alumnado de Educación Primaria ha sufrido algún tipo de ciberbullying por parte de sus iguales durante el último año. Un 32% de las y los escolares que cursan ESO afirma haber sido testigo de casos de exclusión de algunas y algunos compañeros por su orientación sexual o el hecho de ser chico o chica en el ámbito escolar. Además, según el informe, «la discapacidad es un importante factor de riesgo de sufrir violencia».
Canto aseguró que los retos pasan por apostar por una estrategia preventiva de carácter integral, por reforzar la atención temprana, agilizar los procedimientos y garantizar una atención personalizada.