20 DIC. 2019 JOPUNTUA Noche feliz, noche de paz Alvaro Reizabal Abogado Ya está la matraca navideña dale que te pego incitando de forma descarada al consumo como forma infalible de acceso a la deseada felicidad. Y es imposible abstraerse porque, quieras que no, todo lo que nos rodea está impregnado del ambiente de las mundialmente reconocidas como entrañables fiestas navideñas. La lotería, las cenas de empresa para estrechar los lazos con los compañeros de trabajo, propósito que no siempre se logra. A mí, sin ir más lejos, ya me ha llegado un despido por llamar gilipollas y ofrecerle dos hostias a un superior jerárquico. La txistorra, la cerda con la que se fabrica, el Olentzero y, como no, la noche de paz con su cena en familia, preludio de lo que hoy en día son las vacaciones navideñas y sus excesos. Muchas veces nos quejamos de estas fiestas, pero, cuando menos, sirven para sentar a la misma mesa a toda la familia. Pero habrá muchos que mientras nosotros disfrutamos de la compañía de los nuestros, cenarán solos en una gélida celda en régimen de aislamiento a cientos de kilómetros de sus seres queridos, soportando un régimen penitenciario que si nunca ha tenido sentido ahora es sencillamente injustificable. Siempre dijeron que sin armas todo era posible, que la aceptación de la legalidad penitenciaria permitiría acceder a beneficios en forma de una clasificación y un régimen más llevaderos, pero hace ya muchos años que cesó la lucha armada y la reclasificación y el acceso a los beneficios penitenciarios en forma de permisos sigue aplicándose con cuentagotas. Y que decir del acceso a la libertad condicional que con tanta laxitud se ha aplicado en otros casos. En definitiva se aplica una legislación de excepción que vulnera los derechos de los presos políticos vascos, sin más motivación que el deseo de venganza. Y lo peor del caso es que llevamos años y más años teniendo que denunciar los mismos abusos, sin que el paso del tiempo mejore la situación. El sistema tiene el deber legal y el compromiso adquirido de adecuar la política penitenciaria a los cambios producidos. Que así sea en el nuevo año. Habrá muchos que mientras nosotros disfrutamos de la compañía de los nuestros, cenarán solos en una gélida celda en régimen de aislamiento a cientos de kilómetros de sus seres queridos