Precio de la falsedad

Tres magistrados del TS español han destapado, de modo indirecto y quizá impensadamente, una falsedad de lenguaje acerca de la prisión preventiva del Sr. Junqueras. Dicen esos magistrados que encarcelar preventivamente al líder de ERC para «prevenir el riesgo de reiteración delictiva» ha sido un exceso, pues había otros caminos más equilibrados para enfrentar esa alegada reiteración sin lesionar el derecho de representación política.

Ha sido elegante el lenguaje de esos tres magistrados, pues saben seguramente que el encarcelamiento preventivo del líder catalán solo tenía una interpretación ajena a toda prudencia aducida para impedir «la reiteración delictiva»: era una medida para producir miedo insuperable a quienes hicieran uso de la libertad de expresión para solicitar la autodeterminación de Catalunya. Era, pues, una medida de raíz y alcance políticos. Hubo en el encarcelamiento del Sr. Junqueras un resol de desprecio y, a la vez, temor a que el ciudadano deje de ser súbdito para asumir su calidad de ciudadano.

Ahora que se ha iniciado una campaña para desmentir la leyenda negra sobre España se produce un hecho que podría manejarse eficazmente como un suceso que valida esa leyenda. Una constante que lesiona permanente el comportamiento de los poderes en España consiste en creer que el mundo está poblado por sordos. Esta convicción del poder español lleva al país a cosechar derrotas. Una tras otra.