Renuncias

Cada vez es más complicado encontrar agentes políticos que entiendan que la política democrática es, en el fondo, poco más que una lucha entre intereses que cada cual entiende mejores y más justos que los del vecino. La negociación y la transacción política no solo es útil para la democracia en general, si no sobre todo para la izquierda, pues en las sociedades fragmentadas es la única forma de hacer coaliciones de intereses que permitan agrupar a los de abajo contra los de arriba.

Negociar siempre es renunciar a una parte para conseguir un bien que se entiende mayor. Y en las últimas semanas, en torno a la posición de diversos partidos sobre la negociación, se ha repetido una idea que creo bastante engañosa cuando algunos han defendido que facilitar la investidura de Pedro Sánchez no obliga a renunciar a nada. Presentando la opción de la investidura como neutra se esconden los costes que esta conlleva, que seguro que son asumibles, pero que deben cuantificarse para tomar decisiones informadas.

Todas las formaciones a la izquierda del PSOE, independentistas o no, han tenido el mismo dilema: ¿es mejor poder condicionar desde dentro un gobierno de centro-izquierda o es preferible hacerle oposición? La apuesta de Podemos ha sido tan rotunda a favor de la entrada en el Ejecutivo que el debate ha quedado reducido a círculos activistas. Igual que entre los independentistas, que se han planteado la conveniencia entre utilizar su posición estratégica de bisagra para incidir durante toda la legislatura u optar por la confrontación frontal.

La renuncia es por tanto aquello que cada uno elige no elegir. Ni la izquierda española podrá desentenderse de las medidas antisociales que tome un gobierno del que forma parte ni el independentismo podrá utilizar los reveses judiciales europeos que puedan venirle a España para cargar contra el Estado. ¿Es esto suficiente para no avalar la investidura? No necesariamente. Al contrario, este parece uno de esos momentos donde transaccionar es clave para conseguir unos objetivos. Pero estaría bien no engañarnos y entender el precio, sobre todo para evitar cometer errores de estrategia a partir de ahora.