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Pelota

Vía libre tras domesticar otro violento temporal

Irribarria-Rezusta se adelanteron 6-1 gracias a su brío inicial pero sucumbieron ante la diligencia de Altuna


IRRIBARRIA-REZUSTA 19

ALTUNA III-LADIS GALARZA 22


Decía entre semana Jokin Altuna que su objetivo para este Parejas era claro: entrar entre los seis primeros, un horizonte que parece despejado para sus intereses después del meritorio y trabajado triunfo obtenido ayer en Tolosa ante Irribarria-Rezusta, con lo que se suben al numeroso vagón de binomios que se han juntado con seis puntos, esos que el amezketarra fijaba como aduana.

Eso sí, para tener hoy un escenario tan plácido, Jokin Altuna tuvo que domesticar en el Beotibar un violento temporal que amenazó con llevárselos por delante en un agresivo comienzo de los campeones de 2017, que los hizo adelantarse 6-1. Traían bien aprendida la lección los guipuzcoanos, que quisieron dar continuidad a su exhibición en Buñuel a base de dar velocidad a la pelota –en el 2-1 Irribarria ya puso una pelota en el rebote del Beotibar, algo nada habitual con sus 12 cuadros– y de castigar a un Ladis Galarza que parecía incapaz de generarle una sola ventaja a su delantero, completamente superado ante el brío colorado.

Cambiar el guión

Sin embargo, es en los momentos críticos cuando más sobresale la genialidad y, como ya hiciera en el partido de la primera vuelta ante los mismos rivales en Eibar, el amezketarra sacó sus dotes de prestidigitador para cambiar el rumbo del partido sin que sus rivales se dieran cuenta cómo.

Es cierto que tuvieron esa pizca de fortuna necesaria pues fue una escapada de Ladis Galarza la que les permitió cambiar de pelota y, como en varios partidos de este campeonato, el material convirtió el choque en bastante irregular y exigente.

Con sus pelotas, de menos salida, Jokin Altuna logró un doble objetivo, entrar mucho más en juego y la igualada llegó de acertar en el saque-remate y de encontrar un filón en el txoko y, sobre todo, reconducir a su zaguero, que aguantó mucho mejor la embestida y que, incluso, se permitió de vez en cuando dominar el peloteo.

Jugando al límite, pero con la capacidad de dar sentido e intención a cada pelotazo, Jokin Altuna fue capaz de crear incertidumbre e incomodidad en unos rivales que sufren mucho más cuando se les exigen tareas defensivas y a los que movió por toda la cancha.

Cuando fueron capaces de dominar, lograron rachas importantes con las que primero se volvieron a adelantar 13-10 y luego se acercaron a un solo tanto 19-20 tras ir 15-20 por detrás en un final agónico. Sin embargo nunca tuvieron la lucidez y la diligencia de un Altuna que cortó su remontada con un dos paredes antológico.