Un prófugo del FMLN que arrasa a golpe de populismos
Najib Bukele, nacido de una familia de origen palestino, cultivó una imagen de millenial (tiene 37 años, y es el presidente más joven de América Latina), con una gran presencia en las redes sociales de la mano de su experiencia como (hijo de) empresario del mundo del marketing y la publicidad.
Bukele militó en el FMLN, partido bajo cuyas siglas alcanzó las alcaldías de Nuevo Cuscatlán y de la capital, San Salvador, pero fue expulsado en 2017 del histórico movimiento de izquierda, tras lo que creó una nueva formación, Nuevas Ideas.
Este partido no pudo concurrir a las elecciones de 2019 por no inscribirse a tiempo pero eso no arredró a Bukele, quien echó mano de una escisión de la formación de derecha histórica, Arena, para presentarse a lo comicios.
El apoyo de GANA le bastó para arrasar con un 53% de los votos, sacando 22 puntos al segundo y acabando con más de 30 años de bipartidismo y alternancia en el poder entre el FMLN y Arena.
Bukele siempre se ha desmarcado del tradicional dilema derecha-izquierda con lemas con resabio populista como ‘El dinero alcanza cuando nadie roba’. El problema es que este mensaje tiene eco y las formaciones históricas son tan o más responsables de ello que el propio presidente.
Ya en campaña, el que luego sería mandatario aseguró que «ningún partido político tendrá cuotas o podrá asignar cargos en el Gobierno».
«Si jamás permití que la cúpula del FMLN me diera órdenes, menos lo permitiré de dirigentes de otros partidos».
Nada más formar Gobierno, desencandenó una oleada de destituciones vía tuit, lo que comportó el despido de um millar de funcionarios de la Administración de su antiguo partido. En paralelo, comenzó a dar órdenes directas por Twitter a sus ministros, lo que da una idea –falsa pero atractiva– de Gobierno fiscalizado por la población.
No solo su uso de Twitter le acerca al presidente de EEUU. Sus mensajes contra la clase política y contra la política en general beben de las mejores –o peores–fuentes del populismo.
Así, ha suplido su posición en minoría en el Congreso (Arena y el FMLN suman 72 de los 84 escaños) ocupando el Congreso con soldados y policías y amenazando a la oposición con el armagedón si no acepta sus planes legislativos.