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Un calígrafo señala «la mano» de Gil tras las falsificaciones

Un perito calígrafo aseveró ayer que el exdirector del yacimiento alaves de Iruña-Veleia Eliseo Gil es «la mano» que hizo los presuntos grafitos falsos, según lo refleja en un estudio que fue cuestionado por la defensa por usar el Photoshop como instrumento de comparación.

Admitió que ningún método de identificación gráfica «es científico», pero agregó que no importa el objeto con el que se hace la escritura, ni el material, para poder determinar la autoría de un texto. En este sentido, añadió que cada persona tenemos una forma «personal» y «única» de escribir y que da igual que uno esté copiando porque siempre sale la forma propia de escritura.

«Quizás en este caso haya dos personas, una en el siglo III y otra en el siglo XX que tenían la misma forma de escribir. La hemos encontrado entonces porque es la misma mano, exactamente la misma mano. Hemos tenido mucha suerte», dijo. Indicó que en su informe ha plasmado su «opinión» sobre la autoría a partir de «experimentos» que tienen «soporte científico», como el igualar los tamaños de las grafías y los dibujos a comparar para analizar si coinciden las líneas y las trayectorias del trazo utilizando para ello el Photoshop.

Este testimonio dista del que ofrecieron el día anterior tres peritos calígrafos, dos de la Ertzaintza y otra que elaboró un informe para la Diputación. Los tres remarcaron que no pudieron concluir que los presuntos grafitos falsos los hiciera Gil.

Explicaron que elaboraron sus estudios comparando informes y fotografías de los supuestos grafitos falsos hechos sobre cerámicas encontradas en el yacimiento con los escritos e imágenes que, según han declarado varios arqueólogos en el juicio, Gil realizó sobre madera en la reproducción de una letrina romana para ser exhibida. Lo que sí aventuraron a afirmar es que observaron «coincidencias morfológicas», que la perito de la Diputación calificó de «muy relevantes», «llamativas» y «elocuentes».

Ayer también declaró como testigo una técnica de Patrimonio de Lakua, cuyo trabajo consistió en medir los daños económicos. Se estiman en más de 600 euros por pieza, y la Fiscalía ha contabilizado 476.