Raimundo Fitero
DE REOJO

A tientas

Escribo desde esa sensación de no tener la luz interior suficiente para identificar el tema a tratar de manera prioritaria. Por ejemplo, un entrenador de fútbol me vuelve a conducir por el camino de la lógica y la admiración al decir en rueda de prensa casi universal que «no entiendo ni me gusta que, simplemente por el hecho de ser famoso, mi opinión sea relevante sobre un tema del cual no soy experto ni tengo conocimiento. Yo soy un simple tipo que lleva una gorra de béisbol y va mal afeitado». Se trata de Jürgen Klopp, y le preguntaban sobre el coronavirus en la previa de un partido de fútbol. Y es una lección de sentido común y de compromiso.

A tientas, como si no se supiera dónde están los muebles en ese espacio por el que transito abocado a la inercia, aparece de nuevo unas cantidades de millones de euros que el rey campechano ha acumulado en cuentas oscuras en paraísos fiscales a partir de unas supuestas comisiones por el AVE a la Meca y otros asuntos relacionados con el petróleo y con las dictaduras del golfo pérsico. Lo investiga, según informaciones periodísticas, la fiscalía suiza. Y uno, sin saber si es de día o de noche, piensa: ¿y la fiscalía española a qué mierda se dedica? Mencionan varias decenas de millones aparentemente dados como donación a Corinna Larsen y, aquí, no caben los chistes fáciles y añadirle la palabra virus al nombre de la amiga del emérito para redondear la estulticia, porque esa señora es clave en numerosos relatos monárquicos que serían argumentos suficientes para proclamar la República.

Para redondear mi caminar dando codazos, se abre una vía de incapacidad estadística: se reconoce el primer caso mortal de coronavirus en el reino de España, sucedió en Valencia el día 13 de febrero, pero no se pudo confirmar hasta hace unas pocas horas. ¿Quién da más?