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Aves sin plumas surcando los cielos

Elevar cometas es un reto. Elaboradas con papel o plástico, no necesitan más combustible que el viento para surcar los cielos –en la imagen, el de Amman–. Marco Polo las trajo tres siglos atrás desde China, donde tenían un sentido espiritual o religioso, y aunque por aquí es muy raro verlas, resisten en regiones de Asia y América Latina. Consideradas un juego de niños, una diversión, han sido de utilidad en ingeniería, fotografía, meteorología... y también un instrumento de lucha en manos palestinas.

Fotografía: Khalil MAZRAAWI | AFP