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FÚTBOL

Quieren vida en las gradas

Athletic y Real Sociedad apremian para que la final se juegue de forma oficial con aficionados y a la mayor brevedad posible.


«El deseo y la voluntad de ambos clubes siempre ha sido, ahora y antes, jugar la final con la presencia de nuestros aficionados y aficionadas. Es lo que más nos gustaría. Una final de Copa con nuestras aficiones en las gradas», expresaron ayer en un comunicado conjunto el Athletic y la Real, tras reunirse sus dos presidentes, Aitor Elizegi y Jokin Aperribay, con el presidente de la Federación española, Luis Rubiales, quien después emitió otra nota en la que muestra su apoyo a los dos clubes en sus reivindicaciones.

La petición textual de ambas entidades dice que quieren que la Federación «garantice que la final de Copa se disputará como competición oficial y tendrá la consideración de título oficial». Con tal motivo, han solicitado a la Secretaría General de la RFEF que «la comisión delegada de la Asamblea General de la RFEF, cuya próxima reunión se celebrará el viernes 8 de mayo, tome un acuerdo de modificación de calendario que habilite que la final se pueda celebrar como título oficial con el el calor de los aficionados y aficionadas de ambos equipos».

Puede interpretarse esta petición como la garantía de que la final se dispute en cualquier caso ante el temor que pueden haber levantado decisiones como las del Gobierno francés de dar por suspendidas todas las competiciones. Así, tendría sentido la nota posterior de la Federación en la que afirma que «comparte plenamente el deseo de los clubes Athletic Club y Real Sociedad de disputar la final de la Copa del Rey cuando las circunstancias sanitarias y deportivas permitan celebrar dicha final abierta al público y con la presencia de ambas aficiones y de todos aquellos aficionados que deseen asistir».

El organismo que preside Rubiales –que se encuentra en proceso preelectoral con la presión del exportero Iker Casillas como rival para la reelección– pasa la mano por la espalda de los dos clubes vascos al añadir que agradece a Athletic y Real su «petición mancomunada» y se extiende diciendo que «articulará los mecanismos reglamentarios necesarios para que la final de Copa se dispute como competición oficial en el momento oportuno durante el año 2020 o el 2021 y siempre antes de que se dispute la final de la próxima temporada».

El comunicado federativo se redondea con la frase «la RFEF fijará de común acuerdo con los finalistas la fecha más conveniente para que sea la gran fiesta del fútbol español».

Detalles sin aclarar

En su nota, Real y Athletic dicen que «desean poner en valor uno de los eventos deportivos más prestigiosos y con más tradición que se puede disputar en el fútbol mundial, único en esta edición y hacerlo junto a sus seguidores, seguidoras, abonados, abonadas, socios y socias, la verdadera esencia y la razón de ser de este maravilloso deporte».

Sin embargo, tanto esta declaración como el aplauso de Rubiales quedan a expensas de lo que decida la UEFA, organismo al que lo único que le importa es que se juegue la Copa manteniendo los mismos plazos que la Liga de este Estado o que se suspenda definitivamente y que el título quede vacante.

A la UEFA le da igual que ese partido se juegue en diciembre o en 2025, porque tiene claro que si se superan las fechas de conclusión de la Liga el resultado de la Copa no condicionará el proceso de elaboración del calendario de la Europa League, porque en ese caso sería el Valencia quien automáticamente entraría en el sorteo por ser el séptimo clasificado en el momento en que se suspendió la competición.

La nota de la Federación tranquiliza a la Real en la medida en que garantiza que el título será oficial si se juega antes de la final correspondiente a la temporada 20/21, pero en el caso del Athletic, en función de cómo transcurran estas próximas semanas, deberá dilucidar si quiere la final cuanto antes, aunque sea sin público, para jugar en Europa la próxima campaña o si apuesta todo por una Copa jugada ante sus aficionados.

 

Desinfección de la Real en Zubieta

La Real inició ayer las tareas de desinfección y preparación de sus instalaciones de Zubieta para el inicio de los entrenamientos de los jugadores del primer equipo masculino.

Durante la jornada de ayer técnicos especializados desinfectaron las dependencias del edificio Gainditu, el que emplea la primera plantilla, siguiendo los protocolos de los ministerios españoles de Sanidad y Trabajo. Se trata de la segunda vez que la Real desinfecta esta sede desde que entró el vigor el estado de alarma por la pandemia. Ahora, un inspector de la Liga de Fútbol Profesional visitará Zubieta para contrastar que reúne las condiciones de seguridad para iniciar la vuelta al trabajo y, posteriormente, el club realizará la prueba del COVID-19 a los jugadores, el cuerpo técnico y los empleados que vaya a estar presentes en la vuelta de los entrenamientos.

Prevén que será la próxima semana, una vez conocidos los resultados de las pruebas, cuando los jugadores acudan a entrenar de manera individual. GARA