Belén Martínez
Analista social
AZKEN PUNTUA

De vuelta a «la nueva normalidad»

Si hay algo que la pandemia ha puesto en evidencia es la dificultad de imaginarnos más allá del momento actual. El «presentismo», que diría Hartog. Tal vez por eso tengo dificultades para vislumbrar la «vuelta a la nueva normalidad» que contempla Pedro Sánchez. Esa neonormalidad, ¿conllevará un nuevo contrato social? ¿Qué lugar ocuparán los cuidados? ¿Seguirá siendo el empleo el centro de actividad por el que la persona se constituye como sujeto, como individuo y como ciudadana? ¿Estamos ante otro New Deal? ¿La amalgama de las teorías de Rousseau, Hobbes o Locke, revisitadas por Carol Pateman?

A estas alturas, resulta ilusorio pensar que transitaremos de forma segura por el sendero de la «mejor ciencia disponible», como argumentó recientemente la socióloga Jana Bacevic en “The Guardian”, debido principalmente a la complejidad de las relaciones entre ciencia, política y sociedad, y no solo porque científicas, virólogos y epidemiólogas no son una unidad irreductible en un universo poliédrico (pocas veces se ponen de acuerdo), sino por la propia financiación de la inmunización.

Lo digo sin formalidades líricas: Que nuestra condición de soldados de la metafísica mortífera no nos lleve a desresponsabilizarnos de los desastres de una economía extractista y de rapiña.