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BRUNSWICK

Escándalo en EEUU: la Policía y el fiscal encubrieron un crimen racial

Ahmaud Arbery salió a hacer jogging el 23 de febrero a las afueras de Brunswick, condado de Glynn, Georgia. En su camino se cruzaron el expolicía Gregory McMichaels y su hijo Travis, que lo tomaron por un ladrón que escapaba. Le tirotearon mortalmente. La Policía los cogió con las manos ensangrentadas, pero ni los detuvo ni la Fiscalía presentó cargos. Dos meses después, un vídeo ha desenmascarado toda la trama y ha desatado una tormenta de indignación.

Un nuevo escándalo, otro más, está servido en el menú. Ocurrió en Georgia, un estado del sur de EEUU donde los traumas de los crímenes y linchamientos del Ku Klux Klan aún perduran. El lugar de los hechos: Brunswick, condado de Glynn, de 85.000 habitantes y un 23% de población afroamericana. El pasado 23 de febrero Ahmaud Arbery, joven afroamericano de 25 años, salía a hacer su sesión diaria de jogging por el vecindario y dos hombres blancos lo mataron a tiros. Gregory McMichael, de 64 años, y su hijo Travis, de 34 años, fueron acusados de asesinato y agresión con agravantes este jueves por la noche, después de que las imágenes gráficas del vídeo de los hechos se publicaran y desataran la indignación popular en EEUU.

Los cogieron al instante pero en el interrogatorio policial Gregory McMichael –un expolicía del condado que también trabajó a las órdenes del fiscal– afirmó que Arbery «atacó violentamente» a su hijo, quien le habría disparado en defensa propia. El fiscal de distrito del condado de Glynn se negó a dar permiso a los agentes de Policía para que arrestaran a los dos hombres y no los acusó, ya que el primero trabajó en su oficina durante más de dos décadas.

El 27 de febrero, George Barnhill, fiscal de distrito judicial de Waycross y el segundo de los tres fiscales del caso, después de ver en privado el video y las pruebas compiladas por la Policía, decidió igualmente no acusar a los McMichaels.

En 24 horas, dos fiscales distintos ordenaron a la Policía del condado de Glynn que no hiciera ninguna detención. Es más, Barnhill envió un correo electrónico a la Policía diciendo que Arbery tenía una «naturaleza agresiva» y que su familia «no era ajena al sistema de justicia penal local».

«Linchamiento moderno»

Los abogados de la familia de Arbery calificaron su muerte de «linchamiento moderno» y denunciaron la falta de acción en el caso hasta que se filtró el video, achacándolo a las desigualdades raciales en el sistema de justicia penal. Señaló la conexión de McMichaels con la Policía y la oficina del fiscal, y lo calificó como «una evidencia de fallas sistémicas y obstáculos en la búsqueda de justicia».

Solo después de que el video de la muerte de Arbery fuera publicado esta semana se ha detenido a los dos autores que actuaron como “justicieros”.

Actuar de justicieros blancos, totalmente legal en Georgia

La intención de Greg y Travis McMichael era detener y retener al «sospechoso criminal negro» Ahmaud Arbery hasta que llegara la Policía. Según la ley de Georgia, eso es algo totalmente legal. Incluso tras ver el video y sin otra evidencia que el color de la piel de Arbery, el jefe de Policía concluyó que era un «sospechoso», cuando simplemente era un joven negro haciendo jogging.

En este caso paradigmático abundan las preguntas: ¿Qué deben hacer los negros cuando se retrasa o se les niega la justicia por la presunción de inocencia de los justicieros blancos? ¿Qué hacer cuando la presunción de culpabilidad por el color de su piel es tan estadounidense como las armas que se usan para matarlos? ¿Qué deben hacer cuando en las fantasías de sus vecinos justicieros el color de la piel del «chico malo» coincide con el suyo?

En las protestas de ayer, dijeron que lo primero es defenderse como si sus vidas dependieran de ello, porque cuando los justicieros fantasean con matar, esas fantasías se convierten en sus pesadillas vivientes. GARA