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AZKEN PUNTUA

Capitalismo, desvergüenza y fútbol


Una vez escuché al exjugador y comentarista deportivo, Michael Robinson, decir que en el fútbol «el capitalismo había entrado a saco». Lo dijo en un programa de radio que se emitía los domingos y en el que, según afirmaba, intentaba mostrar «el lado más humano del deporte». Su tono fue rotundo, como si acabara de decir una verdad absoluta, imposible de rebatir.

No es que me interese el fútbol ni escribir sobre él, pero es que ayer rebuscando en las últimas noticias, entre rebrotes del coronavirus, cierres de fronteras autonómicas y declaraciones preelectorales del señor Urkullu, leí que el Real Madrid y FC Barcelona habían solicitado al Gobierno, a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO), más de doscientos millones de euros para pagar la nómina de sus jugadores y directivos que asciende a mil millones. Justo al lado se afirmaba que, además, varios presidentes habían solicitado una moratoria para no respaldar o pagar con su patrimonio personal «los números rojos» de sus clubes, correspondientes a las «enormes» pérdidas ocasionadas por el covid-19.

Ambas noticias hablan por sí mismas, así que no voy a gastar energías ni espacio en denunciar lo que Robinson describió muy certeramente en pocas palabras. Solo añadiría una anotación personal. Parece que, en el fútbol, además del capitalismo, también ha entrado «a saco» la desvergüenza de los bribones.