Osakidetza da por bueno un fallo del TSJPV que le condena
El TSJPV emitió ayer una sentencia medida al milímetro que condena a Osakidetza por no haber podido proteger como es debido a sus trabajadores, al tiempo que apunta a que ello se debió a la imposibilidad de lograr los EPI en el mercado. Los responsables del ente público dieron por bueno el fallo, interpretando a su antojo su contenido.
No estaba fácil aclararse con lo ocurrido. ESK dio a conocer por la mañana que el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) condenaba a Osakidetza por poner en riesgo a la plantilla. Horas después, los responsables del servicio de salud emitían una nota valorando «de forma positiva» el fallo.
GARA tuvo acceso a la sentencia, que es la que es, sin margen para muchos debates: «Declaramos incumplida por Osakidetza (…) la normativa en materia de prevención de riesgos laborales». La demanda de ESK, a la que luego se sumaron el resto de sindicatos, tenía fundamento y el Tribunal dicta que no se garantizó la protección de los trajabadores de Osakidetza.
Por ejemplo, en el escrito judicial se lee que «en relación a las mascarillas y a las batas, se dieron por Osakidetza instrucciones de uso, reutilización y lavado que (…) se separaron de las indicaciones sanitarias (...) y dejaron de lado las recomendaciones de uso señaladas por los fabricantes (…), que advertían el riesgo potencial de infecciones para el paciente y para el usuario que conllevaba su reutilización o uso inadecuado».
¿Por qué dice entonces Osakidetza que valora «positivamente» el fallo? Porque la sentencia excusa en parte su proceder. Por ejemplo, cuando señala que «pese a que hayan podido existir problemas de abastecimiento en determinados períodos, los mismos han venido asociados a la carencia de material a distribuir y no a una gestión que pueda ser tachada de insuficiente o antijurídica».
Este factor lleva al Tribunal a desestimar la indemnización reclamada por el sindicato en su demanda y limita la condena a reclamar a Osakidetza que tome «las medidas oportunas para la protección del personal a su servicio». Es una sentencia medida y equilibrada que busca un camino intermedio entre la demostrada falta de protección –no puede no condenar– y el innegable colapso del mercado de los EPI. Una mesura que contrasta con la de Osakidetza, que valoró «de forma positiva» una sentencia que no deja de condenarle por no haber protegido a sus trabajadores.
Manipulación sobre los test
La nota de Osakidetza tiene un punto extra que llama la atención de forma poderosa, ya que subraya –literalmente, está en negrita en el original enviado a la prensa–, que la sentencia «destaca la realización de pruebas PCRs al 75,1% de la plantilla y de test serológicos al 87,3%».
La sentencia no destaca eso, precisamente. El fallo recoge que se ha practicado, a 10 de junio, esa cantidad de test PCR y serológicos, pero si destaca algo es que, textualmente, «lo que tampoco puede ignorarse es que, tras una insuficiencia previa, las medidas en este aspecto han sido adoptadas a raíz de las medidas cautelarísimas acordadas por resolución de 21 de abril de 2020 de esta Sala». Es decir, la sentencia recuerda que no se estaban haciendo pruebas a la plantilla y que se tuvieron que hacer cuando el propio TSJPV así lo decretó.
EEUU celebra el 4 de Julio: virus desatado y récord de infectados
EEUU celebra hoy su fiesta nacional, el Día de la Independencia, con los responsables de salud aterrados, instando a que no se celebre, que no se acuda a los tradicionales fuegos artificiales. Los nuevos casos han aumentado en un 90% en las últimas dos semanas y ayer se estableció el récord de contagios diarios, con más de 55.000 casos, y 8 estados en máximos históricos. Vuelven las restricciones de viaje, se retrasan las reaperturas y se cambian posiciones políticas contrarias a las mascarillas y a los confinamientos. Mientras, Trump iba a viajar ayer al Monte Rushmore –la montaña de granito en la que figuran los rostros de 18 metros de altura de los expresidentes Washington, Jefferson, Roosevelt y Lincoln– para un espectáculo pirotécnico donde se esperaba la asistencia de miles de personas, y sin distanciamiento social.M.Z.