20 JUL. 2020 Pelota Altuna-Imaz, líderes contracorriente Jon ORMAZABAL ALTUNA-IMAZ 22 ARTOLA-REZUSTA 14 Jokin Altuna y Ander Imaz son los nuevos líderes del Masters tras superar en la última txanpa a Artola-Rezusta, que se dejaron esa primera plaza momentánea en un partido que parecieron tener en controlado. La superioridad en el golpe dio al de Alegia y al de Bergara el mando del partido, pero a pesar de tomar rentas importantes como el 1-6 inicial, no acertaron a gestionar esa buena ola para romper y terminaron pagándolo caro ante dos ‘pelmas’ como sus rivales. Y es que, al margen de esa magia de Altuna, que terminó apareciendo, o la dirección de los pelotazos del zaguero, que acabó siendo efectiva, el gran mérito de los colorados radicó en aguantar ese tirón inicial de sus rivales, en agarrarse al partido como lapas, sabedores de que, en caso de lograrlo, sus opciones acabarían llegando, como así terminó sucediendo. Y vista la frescura con la que Artola y, sobre todo, Rezusta, comenzaron el duelo, lo más fácil, y probablemente lo más natural con el calor que hacía en un frontón tan exigente como el Aritzbatalde, tras haber jugado el viernes, hubiera sido dejarse llevar. Sin embargo, esa es una opción inexistente en el vocabulario de Altuna e Imaz. Sin poderse quitar de encima a los rivales a pesar del endiablado ritmo impuesto, la efervescencia azul duró poco más allá del ecuador, momento en el que, ya menos exigido, Jokin Altuna comenzó a dar rienda suelta a su calidad. Un saque sin demasiada historia dio la primera ventaja a los rojos en el 15-14 y desde ahí se fueron directos al cartón 22 ante unos Artola-Rezusta que se salieron del partido y terminaron acumulando hasta 11 tantos. Susto en Arrigorriaga Ahora mismo son hasta cuatro las parejas que comparten ese liderato con tres victorias, las dos de Zarautz, Bengoetxea VI-Martija y Ezkudia-Aranguren, que se llevaron un buen susto en Arrigorriaga para imponerse por 19-22 a Urrutikoetxea-Irribarria, en un partido que llegaron a ir dominando por 6-12 o 11-16. En este caso, la voluntad del vizcaino, que volvía tras la lesión, y de un Iker Irribarria que, poco a poco, parece ir adaptándose a su nueva posición, no tuvo el mismo premio.