17 AGO. 2020 Hallan restos humanos en Zaldibar, 23 metros abajo En unos días se sabrá si los restos óseos hallados ayer en el antiguo vertedero de Zaldibar son de Joaquín Beltrán o Alberto Sololuze, sepultados por el derrumbe del 6 de febrero. Tras confirmar anoche el viceconsejero Josu Zubiaga que son humanos e incidir en su ubicación justo «en perpendicular»&flexSpace;bajo la báscula, esta hipótesis parece muy fundada. El derrumbe fue tal que han aparecido 23 metros abajo de donde estaban, «un edificio de ocho pisos». Ramón SOLA El calvario añadido de las familias de Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán por la imposibilidad de hallar sus restos puede estar tocando a su fin. Ayer, por vez primera en seis meses y diez días, la búsqueda dio un resultado tangible. Han aparecido restos óseos que se confirma que son humanos. Y hay otro dato fundamental, en el que incidió el viceconsejero de Seguridad, Josu Zubiaga, en una rueda de prensa urgente: estaban justo debajo el lugar en que se encontraban los dos trabajadores fallecidos, «en perpendicular» bajo la báscula. Era una zona mirada ya insistentemente, la primera que se revisó, pero sin resultado hasta la fecha por el impenetrable amasijo de residuos que albergaba ese vertedero, sobreexplotado hasta reventar. A modo de detalle significativo, Josu Zubiaga apuntó que el resto óseo ha aparecido 23 metros más abajo de donde se encontraba entonces el suelo del vertedero. Eso supone un derrumbe de «un edificio de ocho pisos», subrayó. A partir de ahora quedan dos cosas por hacer para aliviar el duelo de las familias. Por un lado, identificar esos restos, que son de una sola persona. El viceconsejero pidió «paciencia» a los allegados de Beltrán y Sololuze, asumiendo que harán falta algunos días para ello. «Hay ADN de origen para cotejar con las familias pero hay que ver cómo se pueden obtener del hueso encontrado las muestras suficientes», advirtió. En paralelo, la búsqueda de más restos seguirá pero ya en un terreno totalmente acotado. Por el momento ha quedado interrumpida. El responsable de Seguridad quiso hacer un apunte aquí para destacar el esfuerzo de todas las personas que llevan meses sin cejar en esta búsqueda, como habían reclamado las familias tras cierta inacción inicial. Recordó todos los miles de metros cúbicos removidos y destacó que ha habido que intensificar las medidas de seguridad. «Las casas hay que empezarlas desde abajo, hay que cimentarlas», subrayó en referencia a esta búsqueda, sin hacer alusión aquí a la desestabilización anterior que provocó la catástrofe. Testimonios de otros trabajadores tras el desastre del 6 de febrero habían ubicado a los desaparecidos en esa zona. Según se ha publicado, Beltrán fue consciente de que la tierra se estaba moviendo (ya habría alertado de ello días atrás sin que se tomaran medidas) y trató de avisar a Sololuze, pero no tuvieron tiempo de ponerse a salvo. Hace ya más de cuatro meses que se había conocido el hallazgo en la zona del vehículo de Alberto Sololuze, lo que alimentó expectativas de hallar pronto los restos. Luego no se materializaron, hasta ayer. RESTO DE TELA IRRECONOCIBLE El resto óseo hallado estaba envuelto en una especie de tela, pero Zubiaga indicó que resulta imposible reconocer si es ropa y a quién de los dos pertenecía. Está degradada por los efectos de los lixiviados y de temperaturas de 70 grados.