Mikel CHAMIZO
DONOSTIA
Entrevista
LLUÍS CASTÁN
VIOLINISTA DEL CUARTETO GERHARD

«El público está empezando a ver lo gran compositor que fue Gerhard»

Creado hace diez años, el Cuarteto Gerhard ha sido ganador de los concursos más importantes del Estado español, como El Primer Palau de Barcelona o el Concurso de Juventudes Musicales. Son reconocidos por la gran calidad de su sonido y por su dedicación a la música contemporánea.

Por tercer año consecutivo, el Cuarteto Gerhard actuará esta tarde en la Quincena Musical dentro del Ciclo de Música Contemporánea. Interpretarán los dos cuartetos de cuerda del compositor catalán Robert Gerhard (1896-1970) y el “Cuarteto nº 5” del donostiarra Gabriel Loidi. El concierto dará comienzo a las 20.30 en el claustro del Museo San Telmo.  

Hace diez años se bautizaron como Cuarteto Gerhard. ¿Existía una relación previa de los miembros del cuarteto con la música de Gerhard?

Queríamos darle al grupo una referencia representativa de la música catalana y, mientras estábamos buscándola, yo interpreté “Libra”, una de las obras más conocidas de Gerhard. Pensamos que él podría ser esa figura representativa y nos bautizamos con su nombre, pero en aquel momento Gerhard aún era un compositor misterioso para nosotros. Ha sido en esta última década cuando hemos ido conociéndolo en toda su magnitud.

 

¿Desde cuándo interpretan sus dos cuartetos de cuerda?

El “Cuarteto nº 2” lo aprendimos muy pronto, al año de fundar el grupo. Fue una experiencia muy estresante, porque acabábamos de empezar y es una partitura muy difícil. Pero pronto le cogimos cariño y es una obra a la que volvemos regularmente. El “Cuarteto nº 1” lo hemos estudiado más recientemente y es bastante desconocido, aunque igualmente fantástico.

 

¿Qué diferencias y similitudes se dan entre el primer y el segundo cuartetos?

Las diferencias que más llaman la atención se producen a nivel de estructura. El segundo, en ese sentido, es mucho más moderno y complejo, mientras que el primero tiene una estructura clásica en cuatro movimientos. El lenguaje del primero también es muy reminiscente de los cuartetos de Béla Bartók, concretamente del “Cuarteto nº 6”, que Gerhard seguramente estudió por aquellos años. En el segundo cuarteto, sin embargo, ya lo encontramos completamente inmerso en el dodecafonismo, y también vemos un uso más avanzando de las figuras rítmicas y las posibilidades tímbricas de los instrumentos. Es muy interesante escucharlos uno junto al otro, porque se aprecia muy claramente la evolución.

 

Gerhard fue un autor en medio de influencias musicales muy diversas, principalmente la música vienesa y el dodecafonismo de Schönberg, pero también la música española de corte más mediterráneo y, al final de su vida, la vanguardia posterior a la Segunda Guerra Mundial. ¿Cómo enfocan ustedes la interpretación de su música?

Nosotros nos acercamos a él desde un enfoque posromántico. Es decir, buscamos para su música un sonido más clásico, no tan moderno, porque creemos que en su música, aunque sea dodecafónica, siempre perduran gestos y figuras clásicas, como ocurría con Schönberg o con su compañero Alban Berg. Intentamos darle un aire más lírico a su música y creemos que se interpretaba así en su época.

 

Parecen obras difíciles.

Sin duda, se trata de música muy difícil, pero del tipo de dificultad que nos gusta a los intérpretes: exige un gran esfuerzo pero al mismo tiempo lo disfrutas. Implica un trabajo muy concienzudo de buscar las sonoridades adecuadas para cada compás, de desmenuzar cada acorde y entenderlo en sí mismo y en conjunto con todo lo demás. Se trata de una música muy compacta, pero es tan buena que el proceso, al final, resulta agradecido.

 

En este año en que se cumple medio siglo de su muerte, se está oyendo a menudo que Gerhard fue el más importante compositor catalán del siglo XX. ¿Cree que le corresponde ese título, por encima de otros autores como Montsalvatge o Guinjoan?

Nosotros entendemos la figura de Gerhard como la de alguien que buscó en la tradición centroeuropea el camino para escapar del estancamiento que estaba sufriendo la música española, de una tradición muy influenciada por la escuela francesa.

Gerhard, para huir de eso, necesitó salir de España y estudiar en Alemania y en Austria, y aquellas influencias se las trajo después a Catalunya. Por eso, es difícil determinar si fue el mejor compositor catalán del siglo XX, pero desde luego sí fue uno de los más importantes.

 

Pero sigue siendo bastante desconocido entre el gran público. ¿Se le está haciendo justicia en esta efeméride?

Yo diría que sí, que un sector del público y de los músicos ha reaccionado a las celebraciones y se ha empezado a dar cuenta del gran compositor que se estaba quedando en la sombra. Nosotros no tenemos la menor duda de que se trata de un gigante de la composición española del siglo XX, y nos alegra que tanto en Catalunya como fuera nos estén surgiendo oportunidades de tocar su música.