Las ninfas de la ría de Ibaizabal sonrieron a Zierbena, que muestra ir a más conforme avanza la temporada. Los «galipos» ganaron bogando desde la segunda tanda, al punto que consiguieron adelantar a Donostiarra en la quinta plaza de la general de la Liga Eusko Label.

Fue una de las regatas más tensas que se recuerdan. Sobre todo el último largo de la tanda de honor, con un ligero toque de palas entre Santurtzi y Orio, con Hondarribia también metido en el jaleo, sin que los jueces decidieran sancionar a nadie porque estimaron que no influyó en la boga.

Eso sí, el bote de Orio impugnaba la regata ya que, como bien dijo el entrenador Jon Salsamendi ante las cámaras de ETB, «no sé hasta qué punto ese toque de palas influye en el resultado de la regata, y no pienso poner en duda la gran regata de Santurtzi, Hondarribia ni Zierbena. Pero si hubo toque de palas, lo que hasta el juez reconoce, sí que influye en la boga».

De esa pelea a brazo partido entre tres botes, fue Hondarribia quien salió mejor parada y Orio fue la trainera derrotada, por lo que tampoco es difícil de comprender el lógico cabreo de los aguiluchos, que tuvieron la segunda plaza al alcance pero que no pudieron lograr más que la cuarta posición.

Calles buenas y malas

Con fuertes corrientes sobre todo en las dos primeras tandas y un viento del norte que fue amainando, los colocados en la calle cuatro –Zierbena, Zarautz y Hondarribia, ganadores de sus respectivas tandas– fueron los más beneficiados, mientras que los que bogaban por la calle uno –Kaiku, Donostiarra y Urdaibai– padecieron los rigores del Ibaizabal. En el caso de la «Bizkaitarra», solo las matemáticas impiden decir que ya ha perdido la categoría, pero poco le falta, ciertamente. En el caso de Donostiarra, perdió su quinta plaza ante Zierbena y Urdaibai, con seis puntos sobre los «galipos», ya puede espabilar.

Zierbena huyó de todas las refriegas y dio una lección de cómo negociar unas aguas que conoce perfectamente. Sufrió en el primer largo, bastante más breve de lo normal, pero después de la primera ciaboga, y limando todas las paredes del campo de regateo, voló en pos de una victoria que, aunque nadie lo hubiera imaginado, se mereció en vista de la espectacular marca que dejó impresa.

Zarautz también respira

Hubo más ganadores en la regata de ayer. Por ejemplo, Hondarribia, que ya es segundo de la clasificación general, empatado con Orio, a seis puntos de Santurtzi. La propia «Sotera», que se la jugó casi hasta el exceso en el último largo al echarse a la calle cuatro –Santurtzi, Orio y Hondarribia se emparedaron en la calle cuatro en los últimos minutos–, afianzó su liderato pese a bogar por una calle tan difícil como la dos.

Pero nadie sonrió más que Zarautz. Mientras que su trainera B se quedaba de facto fuera de la Liga ARC 2 después de que dos remeros dieran positivo por covid-19 antes de acometer las regata de su categoría en el puerto viejo de Algorta, en Santurtzi la trainera A de la «Enbata« consiguió el sexto mejor tiempo.

Gracias a ello, los zarauztarras han saltado a la novena plaza, con solo dos puntos menos que Isuntza, uno más que Ondarroa y sobre todo, cuatro puntos más que una trainera de Ares que parece casi condenado a bogar en el playoff por la permanencia, aunque deberá confiar en que las «meigas» sonrían a los coruñeses la semana que viene, después de que las ninfas del Ibaizabal sonrieran a Zierbena y a Zarautz.

La bisoñez de Manuel Triñanes

El triste protagonista de la jornada fue, por desgracia, la trainera de Cabo, que acabó siendo descalificada después de un choque de palas con la Donostiarra, una vez que la embarcación de Boiro se metiera en la calle que le correspondía a la «Torrekua».

El bueno de Manuel Triñanes, para más inri uno de los más destacados en la clasificación de patrones, quedó marcado en esa segunda tanda. Y es que al buen mozo se le notó la falta de experiencia, ya que el bueno de Triñanes es un patrón que el 14 de diciembre cumplirá 19 años, y ayer acabó pagando su bisoñez y la tensión del momento.

Lekittarra por babor y Donostiarra por estribor, superaban a la embarcación galaica, que se vio de pronto encerrada. Lekittarra logró meterse en la calle de Cabo, viendo que el cuadro gallego tiraba a estribor, para meterse donde estaba bogando Donostiarra, y Cabo se acabó encontrando atrapado en mitad de la ratonera que se le fue convirtiendo la ria del Ibaizabal.

En balde intentaron los jueces redireccionar al bote galaico, que su joven patrón decidió hacer caso omiso de las banderas de todos los colores... salvo la verde que le enseñaron para declarar a los de Boiro descalificados. Y en balde protestaría después el bueno de Triñanes, porque cuando pudo bajar las pulsaciones, quizá se diera cuenta de la que lió.

Cierto es que si se quedó a ver la tanda de honor, pudo Triñanes contemplar las que hicieron lobos de mar como Asier Zurinaga, Ioseba Amunarriz y Gorka Aranberri. Si en Cabo confían en él será porque tiene talento para gobernar el bote, así que el joven patrón de Boiro aprenderá de errores como el de ayer, aunque la letra de ayer le tuvo que entrar con sangre.