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La jueza acusa a Joxe Abaurrea de atentado por el txupinazo de 2019

La jueza que instruye las denuncias cruzadas por los incidentes dentro del Ayuntamiento de Iruñea en el txupinazo de 2019, cuando el alcalde Maya envió a la Policía a requisar la ikurriña que tenían los ediles abertzales, sobresee la interpuesta por Beloki (EH Bildu) y pide abrir juicio contra su compañero Abaurrea por atentado contra la autoridad.


Enrique Maya había recuperado la vara de mando de Iruñea tres semanas atrás. Los sanfermines ya estaban organizados por el equipo de Joseba Asiron y el cohete lo tiraba el director de La Pamplonesa porque así se había decidido por votación popular y Maya no había tenido tiempo de cambiarlo. Sin embargo, sí podía hacer otra cosa: ordenar a la Policía que arrebatara esa ikurriña que, desde hace décadas, los concejales abertzales asoman a la plaza desde el balcón lateral donde son recluidos.

Los ediles abertzales no soltaron la bandera y hubo un forcejeo. La Policía tampoco cedió; de hecho, se excedió. Maider Beloki, la concejala de Cultura que había preparado los actos de las fiestas, acabó en el suelo mientras una agente la arrastraba por los pelos. Lloró. Parecida suerte corrió Itziar Gómez (Geroa Bai), que había sido la responsable de la Policía Municipal hasta tan solo unos días atrás.

En ese balcón solo había un concejal abertzale varón, Joxe Abaurrea. Amaia Izko, asomada en un rincón, quedó un poco apartada en esos instantes.

Fruto de todo aquello, hubo un cruce de denuncias. Una de ellas, planteada por la concejala de Navarra Suma, la exdelegada del Gobierno Carmen Alba. La otra fue interpuesta por Beloki.

Más de un año después, la titular del Juzgado de Instrucción número 5 ha publicado el auto. La denuncia de Beloki queda sobreseída provisionalmente y, por contra, pide que se abra juicio contra Abaurrea por un delito de atentado contra la autoridad por golpear a agentes.

Unas acusaciones muy graves

El auto –que será recurrido pues EH Bildu no comparte el relato– sostiene que Abaurrea debió de perder la cabeza. A una agente la empujó hacia el exterior provocándole riesgo de precipitarse desde del balcón a la plaza. Al agente 529 le propinó un puñetazo con el puño cerrado y, además, cuando alargó el brazo para coger la ikurriña, el concejal también le mordió. Asimismo, a otra de las agentes, la identificada con el número 116, le dio un manotazo en la cara y patadas. Abaurrea, además, habría tenido tiempo también de propinar puntapiés a la concejala de Navarra Suma Carmen Alba, que no se sabe bien por qué motivo también se lanzó a arrebatarle de las manos la ikurriña.

Sorprende tal conducta en alguien como Abaurrea, dado que es letrado y sabe a lo que se arriesga. Y sorprende todavía más que este medio de comunicación, que tenía un fotógrafo apostado en ese mismo lugar, no lograra captar ninguna de esas agresiones que, por otra parte, no dejaron ninguna lesión de relevancia en estos municipales. Este reportero sí que pudo captar cómo los agentes agarraban por el cuello a cargos públicos para llevárselos a rastras del balcón.

En cualquier caso, el alcalde Maya solicitó ayer la dimisión del concejal de EH Bildu. Considera de «extraordinaria gravedad» que un edil «la emprenda a golpes». Según afirmó, los policías municipales se dedicaron a cumplir con su obligación. En ningún momento dijo Maya que esta obligación era dar cumplimiento a toda costa a una orden directa suya.

Maya, que no pudo esconder sonrisas de satisfacción después de que terminara una rueda de prensa, usará los servicios públicos para que sí se celebre finalmente ese juicio oral contra Abaurrea. Asegura que él está en la obligación de hacerlo en tanto que, como alcalde de la ciudad, es el jefe máximo de la Policía Municipal.