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DE REOJO

Los recortes


A lo mejor muchos ciudadanos están pensando más en las recortadas que en los recortes que se le van a aplicar de manera directa, indirecta o perifrástica. Las recortadas como metáfora del cabreo de los sujetos de la democracia real. La desesperación se puede convertir en un sueño de recortadas para acabar con privilegios, desastrosas decisiones y sobresueldos en forma de quinquenios o pluses de asistencia. Los recortes están siendo aplicados sin anestesia, sin anuncio previo, con hechos consumados y sus efectos están provocando muchos males médicos que, además, no están atendidos precisamente por los mismos recortes y la desorganización.

Ni los mapas de la pandemia, ni las estadísticas convertidas en un puzle de secretos, mentiras y porcentajes, pueden compararse con la noticia de que el Imserso ha suspendido, hasta el año que viene, todos sus viajes y actividades. Miles, millones de jubilados varados en sus casas, en un confinamiento de rebote, una aplicación de todas las prevenciones de manera estricta que rompe con una tradición de varias décadas para que esas personas tengan unas vacaciones especiales a un precio asequible y para estirar en algunos lugares la temporada turística. Es un mal detalle más. Seguro que hay justificaciones sanitarias. Así que volvemos a mirar a Italia, a los resultados de sus elecciones municipales y territoriales en las que el centro izquierda ha mantenido posiciones y parece que bajan los fascistas de Salvini y, sobre todo, que una mayoría ha decidido, por rebajar, recortar, el número de parlamentarios en un treinta por ciento. Eran seiscientos treinta hasta ayer, cifras espectaculares que abren un debate sobre la representación de los políticos y el reparto de los escaños por circunscripciones y hasta las listas abiertas o cerradas. Los recortes de los recortadores.