Anjel Ordoñez
Periodista
JOPUNTUA

Arcana política

Ya lo dijo Mariano Rajoy: «Cuanto peor para todos, mejor. Mejor para mí el suyo beneficio político». Una frase de profundo contenido arcano, que en su momento muchos se tomaron a risa, pero que sigue dirigiendo los designios del todavía partido de referencia en la derecha española. O, si no, cómo se explica que Génova haya decidido mantener al frente del aparato en la Comunidad Autónoma Vasca a Carlos Iturgaiz, a quien Pablo Casado, tras dar la patada a Alfonso Alonso, rescató del ostracismo para afrontar las últimas elecciones autonómicas, ésas en las que el Partido Popular obtuvo los peores resultados de su historia. No por su culpa, vino a decir el de Santurtzi, sino por culpa de Vox y, sobre todo, de la abstención. Eso también lo vaticinó Rajoy: «Es el vecino el que elige al alcalde, y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde». Sustituyan alcalde por lehendakari, y ya tienen ustedes una valiosa pista para explicar el asunto.

Pero, por si ésta no fuera suficiente, les sugiero alguna más. Mientras quienes nos dedicamos a esto del periodismo todavía llorábamos la jubilación de Rajoy, apareció Pablo Casado, un regalo no por inesperado menos apreciado, que ya en 2009 apuntaba maneras cuando, al frente de Nuevas Generaciones, aseguraba que «la inmensa mayoría de los jóvenes son del Partido Popular y aún no lo saben». Bueno, pues hace ahora dos años, el palentino manifestó que «La hispanidad ha sido la etapa más brillante, no de España, sino del hombre». Y ésta, como decía, es la pieza que le falta a ese rompecabezas político que supone la apuesta por Iturgaiz: él no gana elecciones, pero a español no le gana nadie.

De todas formas, y a decir verdad, tampoco se puede atribuir al PP una especial originalidad en esta curiosa manera de hacer política. Sospecho que no hacen sino mirarse en ese gran espejo que son los Estados Unidos y, particularmente, en la parte que les inspira: el partido republicano que ahora dirige Donald Trump. El presidente, tras pasar la covid-19 de una forma sospechosamente rauda y satisfactoria a pesar de su edad, ha dicho al mundo que «contraer el coronavirus ha sido una bendición de Dios». Jaque mate.