La espera más larga y complicada de Julen Martija
Tras unos primeros días muy duros, el zaguero, asintomático, espera un negativo que le permita jugar.
Todavía no sabe la fecha exacta, debería ser entre hoy y mañana, pero la verdadera final de Julen Martija comienza bastante antes del domingo a las seis, y no precisamente en la elección de material que las empresas han llamado para hoy al mediodía. El primer tanto, el más importante, comenzará en la prueba PCR a la que debe someterse para confirmar un negativo que le abra las puertas de un desenlace cogido con alfileres.
Si la espera hacia cualquier final, sobre todo si es la primera, suele hacerse larga, qué decir si todo lo que puede salir mal o torcerse, termina enviciándose de la manera más retorcida. En el caso de Julen Martija, tras un Parejas marcado por la pandemia, las cosas se nublaron cuando tras el positivo de un familiar muy cercano tuvo que hacerse una prueba –la empresa solo les ha hecho una a mediados de junio– que confirmó el peor de los escenarios. «No tenía ningún síntoma y pensaba que iba a dar negativo. Igual en otro momento no sería para tanto, pero fue un golpe muy duro, me costó asimilarlo un par de días, pero le di la vuelta y ya estoy mejor», apuntó.
Si el confinamiento fue duro, estos últimos días han sido especialmente complicados, pues solo un miembro de la familia se ha librado del contagio y su vida se ha limitado prácticamente a las cuatro paredes de su cuarto. «Físicamente estoy bien, no tengo ningún síntoma, en casa, pero estoy bien. Es verdad que no tengo ni fiebre ni dolor de cabeza ni nada y por ese lado bien, un poco aburrido, porque normalmente no soy de los que para mucho por casa y ahora me toca pasar todo el día. Es complicado pero cada día que pasa es uno menos que falta».
Incertidumbre
El de Etxeberri entiende que físicamente no ha perdido nada, de ello se ha encargado David Domínguez –su preparador físico, el mismo de Altuna, Jaka y Bikuña–, que le ha ido diseñando un plan para poder ejercitarse en su habitación. Lo que seguro le faltará serán horas de frontón, lo que ha tenido que suplir haciendo manos contra una pared, para incomodidad del resto de la familia.
Sin embargo, si algo puede definir el estado actual de Julen Martija esa palabra es ‘incertidumbre’, por su caso particular y por el de una final que está en solfa, pendiente de la decisión judicial sobre el recurso impuesto por ELA. «A ratos siento que es la final, pero otros... Es una situación muy rara, es muy complicado pensar en la final».
El estar confinado tampoco le ayuda a vivir el ambiente previo y su entorno también vive esa misma indefinición. «A los que jugamos la final siempre nos dan algunas (entradas), si juego, ya las repartiremos. Ahora mismo solo pienso en recuperarme, si puedo jugar ya será una especie de victoria».
«Es muy fuerte mentalmente»
Joseba Ezkurdia sabe bien lo que supone una primera final y, en ese sentido, le da muchísima pena que Julen Martija no pueda disfrutar de estos días previos. Durante todo el Parejas la comunicación ha sido muy fluida entre ambos y el confinamiento del de Etxeberri no ha cortado ese flujo.
El de Arbizu tiene muy claro que «quiero terminar con Julen este ciclo que comenzamos en noviembre», para lo que necesitan que el segundo PCR del zaguero dé negativo y pueda acudir el domingo al frontón Bizkaia de Bilbo.
Es lo único que ahora mismo le preocupa. «Son diez días sin poder entrenar, sin poder salir de casa, pero Julen es muy fuerte mentalmente, es fuerte y sé que dará el 100% el domingo y por ese lado estoy muy tranquilo», apuntó a GARA el de Arbizu. Es el veterano de la pareja, pero a Martija «no hace falta decirle nada, en cada momento sabe lo que tiene que hacer», apuntó. J.O.