Esther Ferreira, Verónica Ferreira, Irantzu Urdániz, María Urdániz y Alsira Picallo
KOLABORAZIOA

Umetxea siempre será nuestra casa

Porque sabemos de dónde venimos, sabemos a dónde vamos. Otoño de 1991. Unos carteles en el barrio anunciaban actividades de danzas regionales y, las abajo firmantes, animadas por nuestras familias, decidimos apuntarnos. Teníamos entre seis y doce años. Ensayábamos en unos locales viejos, sin recursos ni medios, dos veces por semana. Comenzó así una aventura en nuestra vida que nos dejaría huella. Eran los primeros pasos de Umetxea Sanduzelai, un proyecto de trabajo comunitario que pronto ampliaría oferta de actividades y, con ello, el número de vecinas y vecinos participantes.

A partir de esas clases de dantzas, empezamos a conocernos e implicarnos en la vida de nuestro barrio, San Jorge-Sanduzelai, un lugar estigmatizado y olvidado, donde vivía gente obrera de muy diversa procedencia. De hecho, nosotras estudiábamos en diferentes centros educativos, unas en el barrio, otras no, pero en Umetxea tejíamos esas complicidades vecinales que la distancia de la escuela no nos permitía.

Fuimos creciendo, viendo como el tejido asociativo iba aumentando a la par que nuestra participación. Pasamos de ser niñas de Umetxea Sanduzelai a ser educadoras de siguientes generaciones de infancia de nuestro barrio en diferentes actividades. Se organizaban ludotecas, campamentos, actividades semanales, fiestas y celebraciones en el barrio... y estábamos inmersas en un profundo aprendizaje del que no éramos conscientes. Esas experiencias nos marcaron y aprendimos a valorar lo común, a trabajar en equipo, a contribuir en lo que cada una podía y a construir un lugar más agradable y dinámico, un barrio propio. Esas vivencias nos aportaron un arraigo y una identidad que ha perdurado y que han dejado poso en nosotras.

Aquella etapa pasó para nosotras, pero Umetxea Sanduzelai siguió y sigue trabajando con niñas y niños del barrio, aportándoles seguridad, apoyo, recursos para ayudarles a conseguir lo que ellas y ellos quieran ser. ¿Hay algo más integro?

Nuestras vidas han tomado diferentes caminos, pero hay fechas en las que no fallamos, pues son parte del calendario de nuestra vida. En algunos casos, nuestras hijas e hijos participan hoy en Umetxea Sanduzelai, treinta años después, en las diferentes actividades que las y los educadores organizan.

La semana pasada, Navarra Suma y PSN se cargaron este proyecto y otros siete de un plumazo. Como no hay explicación alguna, se han dedicado a excusarse, sabiendo la indignación que su decisión ha producido en los barrios donde trabajan los SAPC. Dejan desasistida a la infancia de esta ciudad en plena pandemia, porque no les gusta que nos organicemos y trabajemos de manera comunitaria. Pero estamos acostumbradas a pelear. No vamos a desaparecer. Nuestro calendario está intacto. Porque de zancadillas sabemos un rato. Los barrios de Iruñea somos la esencia de esta ciudad, y vamos a seguir trabajando en auzolan por un proyecto comunitario y por una infancia feliz.

Queremos aprovechar estas líneas para agradecer a todas las educadoras y educadores que han pasado por la asociación su dedicación, pues en cada una de las niñas y niños con las y los que han trabajo han sembrado una semilla, que seguro, crece robustamente. Y un agradecimiento especial a Alberto Jauregi Virto, promotor de este proyecto, por enseñarnos tanto.

Seguimos. Aurrera!