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Pelota

Cuestión de contundencia

Jokin Altuna vuelve a semifinales tras no perdonar las concesiones de un Ezkurdia al que le falló el instinto.


EZKURDIA 18

ALTUNA III 22


Habitualmente, los éxitos de Jokin Altuna van asociados a su magia, a su precisión, a su clarividencia. Sin embargo, aunque su apariencia nos pueda llevar al engaño, el amezketarra es mucho más, es físico, es defensa y, en días señalados como el de ayer, también es golpe y contundencia, contundencia en las áreas, si esta fuera una crónica futbolística. Y es que, esta especie de final anticipada respondió a los parámetros de igualdad, dureza y resistencia esperados, con el guipuzcoano mucho más resolutivo en los detalles.

Y eso que el de ayer fue un día de esos en los que la zurda y el gancho le funcionaron a un Ezkurdia que seguro todavía le está dando vueltas a por qué no buscó la contracancha en vez de refugiarse en el txoko en jugadas que decantaron un partido disputado a un ritmo infernal. Una alcanzada de Altuna rubricó el triunfo del amezketarra y prácticamente de la misma manera se hizo el guipuzcoano con el control del marcador tras el empate a siete, al que se llegó tras un inicio muy igualado.

Golpe fresco

Hasta entonces ninguno fue capaz de hacer una tacada con su saque, con por paradójico que parezca, Altuna abriendo más huecos con pelotazos largos y Ezkurdia mostrándose más eficaz con sus remates.

A medida que el partido fue endureciéndose, la defensa fue cobrando importancia y ahí también estuvo mucho más sólido un Jokin Altuna que apenas concedió pelota alguna, mientras que su rival sí que fue bastante más generoso en algunas pelotas que se le escaparon al colchón de arriba. Los tantos largos, los jugados con las pulsaciones a tope, también cayeron en su mayoría del lado del amezketarra, el pelotari con las ideas más claras.

Con todo, Ezkurdia cumplió su propósito de no desconcentrarse y de ir intentando equilibrar esos distintos partidos que conforman una eliminatoria como la que tenía por delante. Tuvo sus momentos y al final se acercó a solo tres tantos en el 18-21, pero adoleció de esa falta de contundencia que, por contra, sí tuvo Jokin Altuna.