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El asalto al Capitolio puede perseguir a Biden en la escena internacional

Joe Biden prometió que, con él, EEUU volvería a liderar el mundo, pero el acto final de su predecesor, que llevó a sus seguidores a protestar frente a un Capitolio que luego asaltaron, puede perseguirle en la escena internacional. Mientras, Donald Trump, aislado y amenazado con un segundo «impeachment», no da señales de querer dejar el cargo.


Congresistas, expertos y activistas coinciden en que el presidente electo de EEUU, Joe Biden, interesado en cuestiones internacio- nales, se verá forzado a centrarse en EEUU, donde puede que millones de personas crean en las teorías conspirativas de Donald Trump sobre un fraude electoral. El acto final –por ahora– de su predecesor llamando a sus seguidores a manifestarse ante el Capitolio, que finalmente invadieron, para interrumpir la sesión de la confirmación de la victoria electoral perseguirá en la arena internacional a Biden, que prometió que, con él, su país retomaría el rol de líder mundial.

«La era post-11S se acabó», señala Elissa Slotkin, exanalista de la CIA y actual legisladora demócrata. «La mayor amenaza a la seguridad nacional ahora es nuestra división interna –indica–. Si no reconectamos nuestros dos Estados Unidos, las amenazas no vendrán desde el exterior».

Biden ha prometido organizar en su primer año una «cumbre de democracias» para promover los valores liberales y señalar el regreso del multilateralismo, intentando levantar un dique frente a las posturas aislacionistas y autoritarias de Trump.

«Es a menudo hipócrita»

La realización de esa cumbre en Washington tendría una imagen particular tras el asalto del miércoles al Capitolio, templo de la democracia estadounidense. La violencia, que dejó cinco muertos, causó estupor entre sus aliados, mientras que los líderes de los países a los que EEUU ha pretendido dar lecciones e impuesto sanciones, cuando no guerras, subrayaron la hipocresía estadounidense.

«La confianza en el Gobierno está socavada aquí, pero también en el extranjero, donde EEUU ha liderado la promoción del respeto a la ley y la democracia, aun cuando es a menudo visto como hipócrita», dice Sarah Margon, del centro de análisis Open Society Foundations. «Así que lo que pasó acerca aún más la política interna con la externa», añade. Para Margon, los líderes extranjeros seguirán de cerca las medidas que toma la Administración Biden contra los autores del asalto al Congreso.

El secretario de Estado, Mike Pompeo, rechazó que EEUU se haya convertido en una «república bananera», pero Natalie E. Brown, embajadora en Uganda, reconoció que es inevitable que algunos «cuestionen el derecho de EEUU a hablar de democracia alrededor del mundo».

El International Crisis Group (ICG), un centro de análisis especializado en la prevención de conflictos que raramente se ha interesado en la política estadounidense, advierte de que el riesgo de violencia política sigue siendo elevado. «EEUU es hoy una nación donde millones están convencidos que el nuevo presidente fue elegido de manera ilegítima. Muchos de esos millones están armados y aparentemente determinados a recurrir a medidas extremas para ver que sus posturas prevalezcan», alerta. «Ya es hora de que EEUU, tras pasar décadas diciendo a otros países que deben enfrentar sus problemas, dirija la mirada hacia adentro», concluye.

Tres días después de la violencia que se vio en el Capitolio y que sacudió a EEUU, Trump se encontraba totalmente aislado, amenazado por un segundo «impeachment», un hecho inédito en la historia del país, y privado de su herramienta de comunicación favorita, Twitter, pero sin dar muestras de querer dejar el cargo. Al contrario: «Esto es solo el comienzo de nuestra pelea», escribió en un tuit.

Trump anunció el viernes, en su último mensaje antes de que Twitter suspendiera de forma permanente su cuenta, que no acudirá a la toma de posesión de Biden, quien dijo haber recibido con agrado la noticia. «Una de las pocas cosas en las que ambos estamos de acuerdo. Es algo bueno que no vaya», señaló el demócrata a periodistas, considerando a Trump «una vergüenza para el país». «No está en condiciones de ejercer el cargo. (…) Es uno de los presidentes más incompetentes de la historia de EEUU», agregó.

Desmarques y arrestos

Mientras los demócratas aumentan la presión para que Trump sea inhabilitado antes de que concluya su mandato, el próximo día 20, comienzan los desmarques de los electos republicanos. La senadora de Alaska Lisa Murkowski fue el viernes la primera republicana de la Cámara Alta en pedir públicamente la renuncia de Trump, afirmando que ya «ha causado suficiente daño» a la nación y para evitar así el engorroso procedimiento de un juicio político en su última semana en el poder. Adam Kinzinger había sido el primer republicano en la Cámara de Representantes en pedir su salida mediante la 25ª Enmienda.

El Departamento de Justicia identificó e inculpó por el asalto al Capitolio a al menos quince personas, que ya están siendo detenidas. Entre los arrestados figuran un senador estatal recientemente elegido; Richard Barnett, el hombre fotografiado en la oficina de la líder demócrata Nancy Pelosi; Adam Johnson, el sonriente trumpista captado cuando cargaba el atril de la presidenta de la Cámara de Representantes, y Jacob Anthony Chansley, también conocido como Jake Angeli, cuya imagen con un gorro con cuernos de bisonte se viralizó.