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Indaga sobre Zaldibar


Hace un año del desprendimiento del vertedero de Zaldibar, el cual acabó con las vidas de Joaquín y Alberto, dos de sus trabajadores. Aunque el pasado mes de agosto se localizaron los restos de Alberto, no ha ocurrido lo mismo con Joaquín, de momento. En un año donde la vida humana ha sido el mayor foco del debate político y donde los empleos esenciales han sido reconocidos, señalar a Verter Recycling como responsable ha sido más importante que valorizar la pérdida de estos dos trabajadores y debatir seriamente sobre otras alternativas al vertedero.

Como la gestión de residuos es un proceso que hemos dado por sentado, no hemos estado al tanto de su funcionamiento. Mientras tanto, hemos dejado recaer el problema sobre la política burocrática que intenta buscar «la» solución y que normalmente acaba aceptando una medida a corto plazo. Así, nuestros desechos han seguido apoyando vertederos y la precarización laboral de su personal. Precisamente, nos hemos desentendido de nuestra propia responsabilidad, autoconvenciéndonos de que es un proceso que no podemos cambiar. Aun así, seguimos queriendo reivindicar la importancia del reciclaje y nuestra participación en manifestaciones en contra del cambio climático; política de alivio, no mucho más. ¿Queremos soluciones inmediatas o beneficios a largo plazo? ¿Qué podemos hacer?

Lo primero, puede que sea el momento de solidarizarnos con las familias y los compañeros de Alberto y Joaquín, y valorizar sus imprescindibles trabajos. Por otro lado, repasando las ideas políticas de Hannah Arendt, es el espectador y no el actor quien realmente goza de las condiciones óptimas para comprender el espectáculo. Entonces, es nuestro el compromiso de indagar y cuestionar lo sucedido, o por lo menos interesarnos. En este recorrido descubriríamos otras perspectivas, lo que nos haría fuertes y con ganas de generar nuevas alternativas. Nos haría ejercer la ciudadanía, no delegarla. Sin embargo, aunque sea fácil escribirlo, siempre aparece una voz nostálgica intentando recordar el miedo a encarar lo establecido; pero recordemos también que este miedo no viene de nosotros, sino que ha sido inculcado. Por eso, debemos tener presente que la resistencia y la imaginación humana no ha sido arruinada, pero hace falta ser valientes, no hay otro camino posible.