Santiago Díaz de Espada
Miembro de Martxoak 3 Elkartea
KOLABORAZIOA

3 de Marzo y régimen del 78

«No se van a tolerar planteamientos anarquistas o utópicos. Que este triste ejemplo sirva de lección a todos los españoles en los próximos meses» (Manuel Fraga, ministro de Gobernación).

Con motivo del 45 aniversario de la matanza de Estado en Vitoria-Gasteiz, es necesario seguir señalando que el Régimen del 78 no es otra cosa que el régimen heredero de la dictadura franquista, y que se forjó a costa de represión contra el pueblo, la clase obrera y las fuerzas políticas y sociales que propugnaban una verdadera ruptura democrática. Fraga lo había dejado bien clarito en rueda de prensa tras el asalto a tiros a una iglesia donde se celebraba una asamblea obrera.

Mientras tanto, otros que habían esperado pasivamente durante décadas la muerte del dictador o, simplemente, cambiaron de chaqueta a última hora, aceptaron y se beneficiaron de un proceso de reforma «democrática» del régimen franquista ofrecido y dirigido por falangistas como Suarez y Martin Villa.

Este es el origen del Régimen del 78 y ahí radica su verdadera naturaleza. Un régimen muy escaso desde el punto de vista democrático, con grandes dosis de corrupción y un acusado tinte autoritario y violento contra el ejercicio de derechos humanos fundamentales. Los últimos ejemplos son realmente escandalosos:

El encarcelamiento de Pablo Hasél por la letra de sus canciones, la persecución del derecho de autodeterminación en Cataluña, las escalofriantes grabaciones sobre las torturas y asesinatos de Lasa y Zabala, y de Mikel Zabalza, el fraude fiscal de millones de euros que afecta al rey Juan Carlos I y el mantenimiento de la impunidad en crímenes contra la humanidad, como fue la matanza de obreros del 3 de marzo de 1976 en Vitoria-Gasteiz son una constante de todos estos años. De nada sirven las recomendaciones del propio relator de Naciones Unidas sobre la necesidad de esclarecimiento y juicio de los crímenes del franquismo. Los juzgados españoles archivan todas las denuncias con la excusa de la prescripción o de la Ley de Amnistía, utilizada en este caso como ley de punto final.

Pero lo más esclarecedor a este respecto ha sido el pronunciamiento al unísono de lo más granado del régimen. Desde presidentes de gobierno del PP y PSOE, como González, Aznar, Zapatero, Rajoy, pasando por secretarios generales de los sindicatos UGT y CCOO, como Redondo, Méndez, Gutiérrez, Fidalgo, los padres de la Constitución vivos, y hasta Borrell, del Burgo, etc., protagonizan un movimiento de «prietas las filas» en defensa del proceso de Transición y de Martín Villa, con motivo de su declaración ante el juzgado argentino presidido por la jueza Servini.

Realmente, la gente humilde y trabajadora de los pueblos bajo el Estado español estamos atados a esa estaca podrida. La misma a la que se refería Lluís Llach en 1968 y que fue lustrada con la Constitución del 78. Pero no nos engañemos; esa estaca podrida no va a caer por sí sola. Es necesario estirar. Unos por aquí, otros por allá y esa estaca tomberá. Por eso este 3 de marzo, tomaremos las calles nuevamente para llorar por los ausentes y seguir luchando por la libertad y la justicia social.