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Borissov gana pese a la pérdida de apoyo y un incremento del voto indignado


Ni la mala gestión de la pandemia ni la corrupción ni el cansancio de los búlgaros por vivir en el país más pobre de la UE han impedido al primer ministro, el populista Boyko Borissov, ganar sus quintas elecciones generales consecutivas, si bien con una pérdida de apoyo que le hará muy difícil gobernar.

Los sondeos a pie de urna daban anoche al GERB, el partido de Borissov, un máximo del 25,7% de los votos y 70 escaños, 25 menos de los que tenía.

Este resultado, el más bajo desde que Borissov ganó sus primeras elecciones en 2009 y peor de lo que preveían las encuestas, unido a la anunciada negativa de muchos partidos a pactar con él, harán difícil formar un Ejecutivo.

Si el recuento oficial –que se conocerá a mediados de semana– confirma los datos, Borissov, que ha gobernado los últimos cuatro años coaligado con partidos ultranacionalistas, tendrá muy difícil hallar socios que sumen los 121 escaños que da la mayoría absoluta en el Parlamento.

El Partido Socialista (PS) habría obtenido también un mal resultado: el 17,6%, diez puntos menos que en 2017, y sólo 48 de los 80 escaños que tenía. Esta formación se vio especialmente afectada por la abstención del 52,2 %, la más alta desde que Bulgaria entró en la UE en 2007,

El PS aseguró en la campaña que no pactará con Borissov, algo que dijo también el gran triunfador de los comicios, el partido de los indignados Existe un Tipo de Gente, que en su primera cita electoral habría logrado el 17,6 % y hasta 42 diputados, pese a no tener posturas claras sobre muchos temas de política nacional e internacional.

La formación fue creada a raíz de las grandes protestas antigubernamentales del pasado verano por Slavi Trifonov, un popular cantante y presentador de TV.