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Getaria, ejemplo del impacto del turismo durante Semana Santa


Getaria registró durante todo el mes de marzo seis casos de coronavirus, y la tasa de incidencia acumulada en 14 días se situó el 31 de ese mes en 106 casos por 100.000 habitantes. Catorce días y una Semana Santa después, la localidad ha sumado en las dos semanas que llevamos de abril 35 casos, y la tasa de incidencia se había elevado ayer hasta los 1.237 casos. De hecho, Getaria cumple los requisitos para caer en la zona roja y tener que asumir restricciones, pero Lakua todavía no lo ha aplicado.

Puede no parecer gran cosa, ya que, siendo un municipio pequeño, las cifras reales no son muy abultadas, pero es el síntoma de una tendencia que no se limita a Getaria. Dos semanas después del inicio de la Semana Santa, puede empezar a valorarse, aunque sea provisionalmente, el efecto de la decisión del Gobierno de Iñigo Urkullu de mantener la movilidad abierta.

Dada la insuficiente información disponible y la deficiente trazabilidad de los casos, así como el concurso de otros factores además de la movilidad –la llegada de nuevas variantes en algunos puntos del territorio, por ejemplo–, no puede atribuirse únicamente al turismo el auge de los últimos días. Con todo, a la vista de los datos, es fácil intuir el efecto que la movilidad ha tenido en aquellas localidades que más visitantes acostumbran a recibir.

Gipuzkoa brinda un escenario apropiado para observar lo ocurrido, ya que sus nueve municipios costeros –sacamos de la lista a Aia, sin olvidarnos que el municipio tiene salida al mar– concentran la inmensa mayoría del turismo en ese herrialde. Nada menos que el 77% en una situación ordinaria.

En las dos últimas semanas de marzo, estos nueve municipios registraron 546 casos. Durante las dos primeras semanas de abril el contador se ha elevado hasta los 1.270 casos. La subida ha sido de un notable 133%. Se puede alegar que el crecimiento es generalizado, pero los datos de la Gipuzkoa interior muestran un ritmo diferente. Fuera de los focos más turísticos, los casos han crecido un 68%.

En la Rioja Alavesa, parecido

También puede observarse una dinámica parecida en la Rioja alavesa. Araba, en su conjunto, está situada en una meseta en cuanto a la afección del coronavirus. Apenas crece la incidencia, pero no se logra bajar. Como muestra, durante las dos últimas semanas de marzo se registraron en el herrialde 1.237 casos de coronavirus. En las dos primeras semanas de abril, los casos se han elevado a 1.333. El crecimiento existe, por lo tanto, pero es pequeño, de un 8%.

Por contra, basta observar los datos de Bastida y Guardia para identificar una tendencia muy diferente. Estos dos municipios, dos de los más turísticos de la Rioja Alavesa, sumaron siete casos durante las dos últimas semanas de marzo. En lo que llevamos de abril, sin embargo, arrojan un saldo de 28. Los casos se han cuatriplicado.

El efecto se deja notar también si observamos la incidencia acumulada. En el conjunto de Araba, esta tasa calculada a 14 días se situaba el 31 de marzo en 372, y hoy está en 432. De nuevo, la subida existe, pero es pequeña. Por contra, en Bastida se ha cuatruplicado –de una tasa de 256, a 1.025 ayer–, mientras que en Guardia se ha multiplicado por tres, de 261 a 782.