Ramón SOLA

233 pacientes ya en UCI y operaciones en evaluación

Tres semanas después de la desescalada de Semana Santa, los cronogramas del covid-19 se cumplen inexorablemente. Y en esta fase llenan las UCI hasta extremos que solo se veían en la primera ola de hace un año: este viernes se saltó de 209 pacientes a 223, con trece nuevos ingresos en Cuidados Intensivos en territorio Osakidetza y uno más en Osasunbidea.

Pésimo dato también en el escalón previo, las hospitalizaciones, puesto que en la CAV se computaron 101 ese día, subiendo aún más la media de 97 acreditados durante la semana. Para que la cifra se capte mejor, eso supone que ingresó en el hospital un enfermo de covid cada catorce minutos.

El incremento de la ocupación hospitalaria hace que el Departamento de Salud de la CAV dé un paso más en la paralización de intervenciones quirúrgica definidas como «no urgentes». Hace dos semanas ya se anticiparon esas reprogramaciones, pero se anuncia que este lunes puede pasarse a cancelar todas ellas hasta que se descongestione el servicio.

¿Y cuándo puede ocurrir eso? No hay atisbos de ello porque no parece que esta cuarta ola haya tocado techo pese las previsiones del coordinador del LABI técnico. Visto el menor número de pruebas del fin de semana habrá que esperar al martes para saber si se produce el ansiado punto de inflexión. Ayer se notificaron 1.100 nuevos casos en el conjunto de los cuatro herrialdes, con una única señal positiva en Nafarroa al haber bajado la tasa de positividad del 7,7% del jueves al 5,3% del viernes. Con todo, los 165 positivos medidos en el herrialde están muy lejos de lo deseable, por no hablar de los 358 constatados en Gipuzkoa.

Urkullu: «Errores» pero...

En este contexto, el lehendakari de la CAV, Iñigo Urkullu, utilizó un acto en Gasteiz de reconocimiento a familiares de víctimas de la pandemia para hacer una asunción genérica de «errores», pero sin detallar ninguno. E introduciendo a continuación dos matices: el ya verbalizado antes de que «nadie tenía libro de instrucciones» para una pandemia y el novedoso de que en el camino van apareciendo «múltiples dificultades».

Urkullu sí hizo una asunción concreta de errores hace un par de meses, entonces en relación a la desescalada veraniega que aceleró un rebrote cuando el virus casi había desaparecido de circulación en Euskal Herria. Sin embargo, en Navidad primero y Semana Santa ahora ha repetido una estrategia similar.

El acto celebrado en Salburua tuvo como motivo, en realidad, poner en valor Betirako, servicio de asistencia organizado para aliviar el duelo a los familiares. Por él han pasado ya 120 personas que han recibido el alta y otras 260 que continúan con la atención especializada.