GARA Euskal Herriko egunkaria

La UE cierra el último episodio del Brexit sin fiarse de Londres

El Parlamento Europeo cerró el último episodio del culebrón del Brexit con la votación del acuerdo comercial entre la UE y Gran Bretaña. La nueva relación comienza con los recelos que dejan años de disputas, líneas rojas e incumplimientos. Los eurodiputados advirtieron de que vigilarán que Londres no se desvía unilateralmente de lo pactado.


El Parlamento Europeo votó ayer el acuerdo comercial de la UE con Gran Bretaña, cerrando el último capítulo de la extenuante telenovela del Brexit, aunque sin poner fin a las constantes tensiones entre Londres y Bruselas.

Aunque el resultado de la votación no se comunicará oficialmente hasta hoy, no había duda sobre la aprobación. «Espero que el texto sea votado al menos por una mayoría de tres cuartos», señaló el socialdemócrata alemán Bernd Lange.

La luz verde de los eurodiputados a este acuerdo concluido in extremis el 24 de diciembre se había vuelto urgente, dado que la aplicación provisional del texto, vigente desde principios de año, finaliza este viernes y Gran Bretaña descarta cualquier extensión.

La votación, al final de un debate parlamentario de cinco horas, fue acompañada del voto de una resolución no vinculante, en la que los europarlamentarios califican al Brexit como un «error histórico».

La salida de Gran Bretaña «fue impulsada por un nacionalismo irresponsable, basado en falsas promesas y miopía. Es malo para Gran Bretaña y malo para Europa», indicó el socialdemócrata austriaco Andreas Schieder.

La resolución también subraya que el Parlamento Europeo debe participar plenamente en los debates futuros con Londres sobre la gestión de este acuerdo, tal como prometió por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dada la desconfianza sobre los cumplimientos por parte de Londres.

«La ratificación marcará el final de los largos periodos de negociaciones y el inicio de un nuevo capítulo en nuestras relaciones con Reino Unido», señaló el vicepresidente del Ejecutivo europeo, Maros Sefcovic. Las relaciones entre Londres y Bruselas ya se han visto profundamente afectadas por la decisión británica de abandonar el mercado único, oficial desde el 31 de enero de 2020, pero efectiva solo desde principios de año

En el frente comercial, las exportaciones de la UE a Gran Bretaña cayeron un 20,2%, mientras que las importaciones se redujeron en un 47% en los dos primeros meses de 2021, según Eurostat.

«No es un cheque en blanco»

A ello se suma una crisis de confianza entre los dos socios, tras varias decisiones de Downing Street que pusieron en tela de juicio el anterior acuerdo con la UE, el Tratado del Brexit de 2019, que organiza el divorcio.

Sobre todo causó irritación el incumplimiento por parte de Londres del protocolo irlandés contenido en el tratado al posponer los controles aduaneros y sanitarios que deberían llevarse a cabo entre el norte de Irlanda y Gran Bretaña.

«El Gobierno británico no debe tomar (la votación del martes) como un cheque en blanco o un voto ciego de confianza», advirtió el eurodiputado conservador luxemburgués Christophe Hansen, que pidió a la Comisión que no descarte imponer medidas restrictivas al comercio, como aranceles o cuotas.

Von der Leyen aseguró a los eurodiputados que la UE no dudaría, «si fuera necesario», en utilizar las medidas de compensación unilateral contra Londres previstas en el acuerdo.

Otros puntos de fricción siguen sin respuesta en ambos lados del Canal, como lo demuestra la amenaza del Ejecutivo francés de tomar medidas de represalia sobre los servicios financieros británicos si no se implementa el acuerdo pesquero posterior al Brexit.

Recuerdo a la diputada británica Jo Cox

El exnegociador jefe europeo para los acuerdos del Brexit y de la nueva relación, Michel Barnier, también se refirió a los posibles incumplimientos al insistir en que «todo el mundo debe asumir la responsabilidad de lo que se ha firmado», pero quiso aportar algo de optimismo al afirmar, no obstante, que «tenemos más en común que lo que nos divide».

Barnier utilizó para ello la frase de la diputada británica proeuropea Jo Cox, a la que un ultraderechista apuñaló y disparó al grito de «¡Gran Bretaña primero!» y «¡Gran Bretaña independiente!» durante la campaña del referéndum del Brexit de 2016. Recordó, así, a la diputada laborista víctima, según la sentencia, del «supremacismo blanco y el nacionalismo excluyente, lo que está asociado con el nazismo en sus formas modernas».

La presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, por su parte, pidió a los eurodiputados que validen un acuerdo, que, dijo, da a la Unión las herramientas legales para actuar mejor ante violaciones del acuerdo.GARA