GARA Euskal Herriko egunkaria

Pfizer pide autorización para vacunar a la franja de 12-15 años


Las farmacéuticas BioNTech y Pfizer solicitaron ayer formalmente a la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ampliar la autorización de su vacuna contra la covid a adolescentes de entre 12 y 15 años. En un comunicado explican que probaron en fase III su fórmula contra el coronavirus en 2.260 adolescentes y que, como ya anunciaron a finales de marzo, la efectividad de la vacuna fue del 100% y con una «sólida» respuesta inmunológica. En las pruebas, agregan, la vacuna fue «bien tolerada en términos generales».

Los adolescentes participantes en la prueba seguirán siendo monitorizados de forma regular durante los próximos dos años para comprobar la protección a largo plazo de la vacuna y su seguridad.

Las compañías dan cuenta en esa nota que han dado un paso similar en Estados Unidos, donde solicitaron que se adapte su actual permiso de emergencia, y que piensan proceder de la misma forma en otros reguladores.

La ampliación de los permisos, según opinión unánime de los pediatras e inmunólogos que ha consultado GARA en estos meses, es un paso lógico y común en todas las vacunas. Extender la vacunación a edades tempranas no busca únicamente evitar casos graves de covid en adolescentes, sino bloquear que los más jóvenes se conviertan en foco de propagación. Asimismo, existe un porcentaje de menores que, por diferentes patologías, sí constituyen un grupo de riesgo ante una infección por coronavirus, por lo que testar una vacuna válida para estas edades resulta oportuno. Ahora bien, tampoco es lo más urgente en la fase epidémica actual.

Pfizer inicia de este modo un camino que también está transitando Moderna, que usa una tecnología similar. Otras compañías, como Janssen o AstraZeneca, cuyos efectos adversos se han ligado a muertes por trombosis, pueden tener más complicada una autorización para ensayos clínicos en niños. No cabe obviar que la autorización de todas estas vacunas es de «emergencia» y, por tanto, está sujeta a una revisión constante tanto de efectos adversos como de efectividad, por lo que sus efectos se siguen midiendo para averiguar cómo aguanta la inmunidad generada el paso del tiempo y, también, cómo de bien protegen ante nuevas variantes del virus.

Hasta el momento, el coronavirus no ha golpeado con dureza a los menores en edad pediátrica, ni tiene por qué hacerlo necesariamente. Sin embargo, la cepa inglesa sí que figura en algunos estudios como más transmisible en edades tempranas.