Daniel GALVALIZI
Madrid

UP Y MÁS MADRID, LA PELEA MANO A MANO POR DOS MODELOS DE IZQUIERDAS

En Madrid hay, desde 2019, dos opciones a la izquierda del PSOE tras la escisión que provocó Iñigo Errejón para crear una marca menos ortodoxa que los poscomunistas alineados a Pablo Iglesias. El exvicepresidente compite ahora para evitar la desaparición de los morados, que acusan el desgaste ante unos competidores más mimados por los medios.

Cuando ocurrió el choque entre las dos formas de construir Podemos, allá por 2017 en Vistalegre II, imaginar unos años después a la formación morada como parte del Consejo de Ministros y al escindido errejonismo con una marca que pelea voto a voto el sorpasso al PSOE en Madrid era ciencia ficción.

Pero no lo es. La aritmética parlamentaria explicará el martes si la fragmentación en tres de la izquierda ha sumado más que si estuviera comprendida en solo dos. Lo que es un hecho es que no parece haber expectativas de reunión, menos desde que en 2019 nació Más País, el invento de Iñigo Errejón para socavar a Unidas Podemos en los grandes distritos.

Pero más allá de la guerra de egos y liderazgos entre Errejón y Pablo Iglesias, ¿cuál es la diferencia entre UP y Más Madrid? No sólo fuera de la órbita madrileña es difícil especificar en qué se distinguen. Muchos en esta región tampoco sabrían explicarlo, más allá de que la segunda no tiene el liderazgo alfa de Iglesias a cuestas.

Cabe hacer un poco de memoria: Errejón iba a ser el candidato a presidente de Madrid en 2019, pero 20 días antes de las elecciones anunció la conformación de un espacio aparte patrocinado por la exalcaldesa Manuela Carmena, quien luego lo abandonaría. El también cofundador de Podemos se llevaría consigo a varios críticos con el liderazgo de Iglesias y, luego, a parte de la formación ecologista Equo.

«No hay tantas diferencias de fondo en lo autonómico, son bastante parecidos. Más Madrid es discursivamente errejonista, un progresismo menos incómodo, no de izquierda dura. UP es una oposición más de clase, más de izquierda transformadora», explica a NAIZ un miembro de Anticapitalistas que vivió desde dentro todo el conflicto entre ambos bandos. «Anticapis» es la vertiente más antisistema que cofundó Podemos y que fue la primera en dejar la coalición.

Un ejemplo de esta descripción es que nunca se verá una bandera con una hoz y un martillo en un mitin de Más Madrid, que desde lo simbólico se intentan posicionar como emblemas del ecologismo y feminismo. En cuestiones más concretas de política real hay diferencias evidentes: han tendido muchos puentes con Ciudadanos (ofrecieron sus votos a PP y Cs para no tener que utilizar los de Vox), plasmando con hechos la gran diferencia en 2016 entre Iglesias y Errejón (el primero se negaba a entrar a Moncloa junto a Cs, mientras que el segundo defendía hacerlo).

También la candidata de Más Madrid, Mónica García, se ha cuidado de sortear la polémica tributaria y no ha dicho nada de subir los impuestos (como Ángel Gabilondo, del PSOE) que el PP ha bajado a los más ricos. Tampoco tiene candidatos rupturistas. Dos cosas que Iglesias se ha asegurado de dejarlas constatadas: acabar con el dumping fiscal madrileño y poner en la lista a gente como el senegalés que lidera el sindicato de Manteros.

En la relación con los grandes medios también hay diferencia. Más Madrid es la formación mimada y hace años que Errejón es aupado para esmerilar a Iglesias, algo que ha sabido aprovechar bien, aunque puede volvérsele como un búmeran si algún día debe gestionar desde un cargo ejecutivo.

A nivel de organización, Errejón no ha aplicado en Más Madrid los cambios internos que pedía para Podemos (no ha habido primarias para elegir a García como candidata, por ejemplo). En 2019, un militante de Podemos recordaba a quien firma otra clave en la organización: en Más Madrid no se replica la exigencia que hay en los estatutos de Podemos que obliga a sus cargos a donar parte del sueldo (antes era lo que excediera los tres SMI, ahora es el 15%).

La cuestión España

«En los debates internos de Podemos en aquel momento, Errejón daba a entender que le gustaría resignificar España. Tenía una obsesión para que no lo imaginaran como el que quiebra el tablero y ser del partido antiespañoles», rememora la fuente de Anticapitalistas.

En su tesis doctoral, Errejón se basa en las teorías neopopulistas de Ernesto Laclau. Ha intentado llevar a la práctica ese marco teórico y de allí proviene la tensión ideológica con Iglesias, un hombre de más edad, más ortodoxo que cree en formar un partido vertical y consolidado.

Su rival cree lo contrario: impulsar con eje en Más Madrid un movimiento heterodoxo, poco dogmático y con anclaje en la cultura popular, aunque eso implique cierta mirada acrítica de España. Algunos de Podemos aún recuerdan la sorpresa cuando vieron una foto en redes sociales de Errejón vistiendo una camiseta de la selección española de fútbol mientras la veía jugar por televisión. Una exhibición por el estilo sería difícil esperarla de Iglesias.

Ambos modelos tuvieron un primer encuentro en las últimas generales, en las que el errejonismo obtuvo solamente dos escaños y los votantes le dieron la espalda en el resto del Estado. Pero en Madrid, que es su bastión y con la derecha mediática apuntando todos sus cañones a Iglesias, el resultado será a la inversa (de hecho Mónica García se acerca cada vez más a Ángel Gabilondo en las encuestas). Habrá que ver si Errejón puede o no aprovechar el impulso para crecer, esta vez sí, más allá de la capital.