Raimundo Fitero
DE REOJO

Terciario

Humo. Por el humo se sabe dónde está el fuego. Por el fuego se sabe dónde está el amo. Por el amo se sabe dónde está la iglesia. Y la bendición, el placebo, el aplazamiento de la justicia a un supuesto reino de los cielos en los que seremos recompensados. Mientras tanto orillamos la industria, nos relacionamos a base de confrontación con el campo, en abstracto y en concreto y nos quedamos convertidos en una sociedad en la que el sector terciario lo ha invadido todo, abarcando desde la hostelería al ocio. Una plaga, una sumisión, una dependencia a factores externos, por eso se buscan turistas como si fueran salvadores y no parásitos de nuestras inversiones.

La mejor campaña turística de los últimos tiempos se ha producido estas semanas señalando de manera no muy fiable que en un lugar de La Rioja había acampado un grupo de personas que vivían desnudos y practicaban de manera constante el amor libre. Es decir que aquello era algo similar a una orgía silvestre, en plena naturaleza, probablemente vegana, lo que representaba una alternativa a la vida profiláctica que la inmensa mayoría de la ciudadanía estabulada en estas democracias representativas liberales lleva, cuando tiene la suerte de pertenecer al porcentaje que está dentro del sistema, amparada y amparando todas las resoluciones tomadas en sedes parlamentarias, financieras o religiosas. Quienes se van, aunque sea por un tiempo tasado, al campo, a satisfacer todos sus deseos sexuales con alegría e indiscriminadamente, propagan la palabra de la libertad sin límites.

Mientras tanto en Perú se espera, precisamente, el voto rural para desempatar. Junqueras ha escrito un artículo para enmarcar y en la banda del insignificante Casado están atentos a las sentencias judiciales son cara de rijosos patibularios.