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La tregua de los aranceles da un respiro a EEUU y la UE para centrarse en China

La Unión Europea y Estados Unidos relanzaron ayer sus relaciones transatlánticas, con un acuerdo clave relativo a la disputa comercial entre los gigantes Boeing y Airbus que les permitirá concentrarse en fortalecer la coordinación de sus acciones frente China.


EEUU y la UE acordaron ayer extender una tregua arancelaria por cinco años, dejando atrás la larga e histórica disputa entre la estadounidense Boeing y la europea Airbus, lo que les permitirá coordinar sus acciones para hacer frente a China, en el punto de mira de Joe Biden, y establecer un diálogo para abordar las cuestiones relativas a Rusia.

Durante la cumbre que celebraron el presidente de EEUU y sus homólogos de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y del Consejo Europeo, Charles Michel, en el marco de la gira que Biden está realizando por Europa para tratar de reconstruir los lazos con sus aliados.

El resultado inmediato más importante de la cumbre fue la decisión de extender en cinco años la suspensión de medidas arancelarias como represalia a raíz del interminable conflicto comercial entre los gigantes aeronáuticos Boeing y Airbus. La disputa se arrastra desde hace 17 años con pesadas medidas punitivas cruzadas, aunque en marzo pasado las partes decidieron suspenderlas hasta el 11 de julio.

Con el acuerdo de extender la tregua por cinco años, la UE y EEUU se dieron así un respiro para tratar de negociar una solución definitiva.

Pero la agenda bilateral aún tiene sensibles problemas por resolver, como la urgencia de hallar una salida a la grave disputa comercial que comenzó en 2018 cuando Donald Trump impuso elevados aranceles a la importación de acero y aluminio europeos, a lo que Bruselas respondió con la adopción de aranceles a productos estadounidenses por valor de 2.800 millones de euros.

De la negociación salió la unión contra el «enemigo» común: la competencia de China y el modelo planteado por Pekín, que preocupa especialmente a EEUU. Biden, que insistió en que «estamos de regreso» y destacó que los europeos son aliados «naturales» de su país por los valores que comparten, aseguró que el acuerdo es «un modelo» que se puede aplicar a «otros desafíos planteados por el modelo económico chino». «Hemos acordado trabajar juntos para desafiar y responder a las prácticas de China en un sector que le da a las compañías chinas una ventaja injusta», añadió.

Ambas partes aseguraron tener la intención de consultar y cooperar «de manera estrecha» sobre todas las cuestiones» referidas a sus relaciones con Pekín, y añadieron que esos enfoques incluyen «elementos de cooperación, competencia y rivalidad sistémica». Precisaron que pretenden seguir coordinándose en sus «preocupaciones compartidas» –Turquestán Oriental (Xinjian), Tibet, Hong Kong y los mares de China Oriental y Meridional–, pero también en su «compromiso constructivo» en ámbitos como el cambio climático o la no proliferación de armas.

Sobre Rusia, abogaron por estar «unidos» en su «enfoque de principios» y estar «preparados para responder de forma decisiva a su patrón de conducta negativa y actividades dañinas, que Rusia debe abordar para evitar mayor deterioro de las relaciones, incluida la lista de los llamados países inamistosos».

«Para coordinar nuestras políticas y acciones estableceremos un diálogo de alto nivel sobre Rusia», anunciaron, una iniciativa similar a la que pactaron poner en marcha Bruselas y la anterior Administración de EEUU para tratar con China. Condenaron las acciones rusas en Ucrania y Georgia y la represión de la oposición en Rusia, aunque también admitieron mantener canales de comunicación abiertos para cooperar en áreas de interés común.

Cumbre de alta tensión entre Biden y Putin

Joe Biden llegó ayer a Ginebra para su primera cumbre con su homólogo ruso, Vladimir Putin, una reunión difícil en la que pretende marcarle las «líneas rojas» que no debe cruzar para evitar un mayor deterioro de la relación bilateral. El presidente estadounidense llega de relanzar las relaciones de los socios de la OTAN en Bruselas como mensaje a Rusia.«Nuestra alianza es fuerte. La OTAN está unida y EEUU ha vuelto», afirmó. «No busco un conflicto con Rusia, pero responderemos si Rusia continúa sus actividades dañinas», apuntó Biden, que llegó a calificar a Putin de «asesino».

Es el quinto presidente estadounidense con el que se reunirá Putin desde que llegó al poder a finales de 1999. En una entrevista con la NBC, Putin dijo esperar que el presidente demócrata se muestre menos impulsivo que su predecesor republicano. Ucrania, Bielorrusia, el opositor ruso encarcelado Alexei Navalni, los ciberataques... los temas de discordia son numerosos y el tono de dureza no facilita el acuerdo. GARA